Inés Videla es productora ganadera y técnica en producción agropecuaria. Su familia tiene un campo en un paraje llamado El Descanso, cerca de la localidad Santa Lucía, dentro del partido bonaerense de San Pedro, donde ella dirige un planteo de 300 hectáreas con 250 madres Aberdeen Angus. Por las calles de tierra del lugar, plagadas de pozos e imperfecciones, Inés maneja un vehículo mediano con gran decisión. La mujer tiene casi 70 años.
“El campo lo dividimos en tres partes junto a mis tres hermanas, y yo me quedé con la parte ganadera y con el casco”, relató Videla a Bichos de Campo mientras caían los últimos rayos de sol.
Con hijos ya grandes viviendo en otras partes y dedicándose a otras cosas, Inés casi no se despega de su campo. Sus 69 años parecen no pesarle nada a la hora de ir de acá para allá y hacer muchas de las tareas rurales. Insistimos en que nos llamó la atención cómo maneja por los caminos de tierra con una destreza impecable. “Será la costumbre. Vivo hace 8 años en el campo y entonces me habitué a hacer muchos kilómetros”, explicó.
Mirá la entrevista completa a Inés Videla:
En su relato, Inés compartió algunos de los problemas que atraviesa al igual que otros productores de la región. Una dificultad pasa por conseguir personal para el campo, pues el mal estado de los caminos, la mala o nula calidad de internet y de señal de celular, alejan a la gente del medio rural. Para ella son “gajes del oficio”, porque lo que prima es su amor por la vida en el campo.
“La vida acá es maravillosa. Mire esto, escuche los sonidos. Creo que se trata de hacer lo que nos gusta y a mi siempre me gustó el campo”, expresó.
Videla decidió muy rápido que esto era lo que le gustaba. “Primero estudié para profesora nacional de jardín de infantes, pero más tarde me recibí de técnica en Producción Agropecuaria. Integré el CREA Arrecifes y desde los 15 años descubrí que lo que me gustaba era el campo”, comentó.
Dentro de su planteo ganadero, Videla intenta llegar a preñar vaquillonas para luego venderlas. “A veces es difícil llegar con los presupuestos por todos los problemas económicos y financieros más los cambios de cosas en Argentina para llegar a hacer el ciclo, porque hay que llevarlas, y una tiene un año y medio antes de empezar el servicio, y antes de los dos años prácticamente no se está vendiendo. A veces las necesidades financieras me obligan a venderlas como terneras, sin poder hacer lo que quiero”, explicó.
En una zona más húmeda con bañado, Videla tiene las vaquillonas que va a entorar. “El negocio que nos gustaría hacer es la vuelta completa. Estamos viendo de hacer un creep feeding (suplementación diferencial del ternero al pie de la madre) para destetar con más promedio en el verano y ver si así podemos llegar con más cantidad de terneras para volverlas vaquillonas y poderlas entorar porque no todas las terneras llegan con la suficiente madurez como para preñarlas a partir de los quince meses”, describió.
En cuanto al manejo del campo, Videla indicó que trabajan por parcelas y que suelen suplementar a sus animales a través de pasturas, avena y rollos. Por ahora no está alimentándolos a grano, y en parte la ayuda a haberse armado una buena base forrajera, dado que la relación de precio de los granos no le ayudaría en la ecuación económica. Contó, de todos modos, que el año pasado tuvieron que apelar a ellos debido a la seca.
“Ahora comen por parcelas de 3 o 4 días y además les damos rollos. Lego las vacas salen de la pastura y van al bañado, al campo natural. Ellas entran y salen solas de los potreros, pero esto también es para cuidar al pasto de las heladas”, resaltó.
Las dificultades existen en el campo, como en cualquier otro ámbito laboral. “He logrado armar un muy buen equipo, con dos chicos, pero cuesta conseguir personal con ganas de vivir y trabajar acá. Uno de ellos tiene su esposa y dos chicos en edad escolar, y viven acá; bueno, a él le lleva cuatro viajes al día, entre llevarlos e ir a buscarlos a la escuela”.
Por otro lado, incluso si hay cercanía con una ruta nacional como la 9, Videla comentó que “es muy difícil tener buena internet y buena señal de celular. En nuestro caso tenemos un servidor de internet satelital pero en cuanto me alejo un poco perdí recepción”.
“Yo le reclamo a las autoridades municipales y nacionales, caminos, educación, salud y sobre todo previsibilidad. La ganadería es un plan a largo plazo, hablamos de 3 o 4 años y como nos cambian las reglas de juego todo el tiempo se nos hace muy difícil armarnos y enfrentar las distintas situaciones. En general no veo incentivos para que aumentemos el número de cabezas, incluso a pesar de tener buena tecnología y buenas cabañas y genética”, remarcó.
“Es terrible perder un ternero, porque para mi es como perder un pedazo de mi fábrica. Si uno tiene una mirada corta no ayuda. Una vaca preñada a la que por ahí hay que hacerle una cesárea probablemente no vuelvas a entorarla, pero la engordas, la vendes, lo que sea. Si te dejó una cría hembra, esa hembra te puede dar terneros, y si tenés un macho le vas a poder agregar kilos y venderlos. Por eso digo que para mi pensar en ganadería requiere hacerlo con largo plazo”, sintetizó.