El presidente Javier Milei publicó este viernes en el Boletín Oficial el Decreto 2/2025, que declaró al 2025 como el “Año de la Reconstrucción de la Nación Argentina” y definió que el Poder Ejecutivo “realizará las acciones pertinentes tendientes a destacar y difundir las medidas y políticas que se lleven adelante para la consecución de la reconstrucción del país”.
Rápido de reflejos, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), el veterinario Ignacio “Nacho” Kovarsky, envió a la redacción de Bichos de Campo una carta con su firme, en la que expresa la necesidad de que este “año de la Reconstrucción de la Nación Argentina” sea también el año de “liberar al campo de las retenciones”.
Este es el texto de Kovarsky:
“En cada encuentro de productores, el mate circula y las conversaciones fluyen alrededor de temas que definen el destino del campo: qué y cómo sembrar, tecnología aplicada, valores de alquileres, estrategias de fertilización, alimentación para maximizar la producción lechera, selección de toros para mejora genética, manejo de rodeos, kilos de ternero destetados por hectárea, el entore a los 15 meses, costos de la tasa vial y el deterioro de los caminos rurales, la seguridad, escuelas rurales, etc.
Sin embargo, hay un tema que se eleva por encima de todos y despierta los ánimos de discusión: la necesidad impostergable de eliminar las retenciones.
Este impuesto, visto por muchos como una barrera insalvable, ha significado para algunos la ruina económica, para otros la sensación de trabajar solo para sostener los privilegios de una casta política alejada de la realidad, y para algunos, incluso siendo beneficiados de manera indirecta, una carga que reconocen como injusta y nociva.
La pregunta que persiste en estas charlas es clara: ¿Cómo exigir lo que corresponde sin poner en riesgo una de las últimas oportunidades de cambiar el rumbo del país, garantizar un futuro donde nuestros jóvenes puedan crecer en su tierra y, al mismo tiempo, proteger la continuidad de miles de productores que luchan por mantener viva su actividad?
Como productor y dirigente entiendo que no debería haber mejor ayuda para un gobierno que confía en el campo, que coincide plenamente en el campo y que en campaña nos miró a los ojos y dijo lo que iba a hacer con cada una de las dificultades del país, lo que no está pasando hoy por no haber podido quitar los DEX todavía.
Quizás nadie se lo dijo claramente, sin vueltas, sin otros intereses por medio, pero la eliminación de los derechos de exportación (retenciones) es una medida impostergable para garantizar la competitividad en el mercado global y la sostenibilidad del sector agropecuario argentino. Este impuesto distorsivo y despreciable, que reduce la rentabilidad y desincentiva la inversión, ha sido uno de los principales reclamos del campo durante años. El compromiso del presidente Javier Milei de eliminarlas representa una oportunidad histórica para aliviar la carga impositiva que afecta a los productores y al desarrollo del interior productivo.
Las retenciones perjudican a toda la cadena de valor agroindustrial, desde proveedores hasta transportistas y trabajadores rurales. Este impuesto ha contribuido a la desaparición de miles de pequeños y medianos productores, quienes no pueden sostenerse frente a la presión fiscal y las desigualdades del sistema actual.
El contexto global actual, marcado por la baja de los precios internacionales de los principales productos agrícolas, agrava aún más la situación. Su desaparición no solo es una demanda legítima del sector, sino también una medida crucial para evitar el vaciamiento del interior productivo y frenar el éxodo rural.
El impacto trasciende lo económico: la crisis en el campo afecta directamente al desarrollo de las comunidades del interior. La falta de rentabilidad en las explotaciones agropecuarias no solo frena las inversiones en tecnología e infraestructura, sino que también reduce las oportunidades de empleo y el acceso a servicios esenciales en las regiones rurales. La revitalización del sector agropecuario mediante la eliminación de las retenciones permitiría generar un círculo virtuoso de crecimiento, beneficiando tanto a los productores como a las economías regionales que dependen de ellos.
Parecía imposible disminuir la inflación y tener estabilidad cambiaria, y hoy es una realidad, son un gran acierto y monumental logro del gobierno actual, factores fundamentales para la vida y el desarrollo de los argentinos, pero también para maximizar el impacto positivo de esta medida necesaria. Con precios internos más previsibles y un tipo de cambio estable, los productores podrían planificar a largo plazo, con la aparición en algún momento de créditos acordes para invertir en tecnología e infraestructura, y fortalecer su capacidad para enfrentar los desafíos del mercado. La estabilidad económica incentiva la confianza de los inversores en toda la cadena agroindustrial, impulsando un crecimiento sostenido y equilibrado.
En este 2025 urge honrar este compromiso de eliminación de los DEX, esencial para liberar el potencial del campo argentino y quitarle esos grilletes llamados retenciones. Es el momento de transformar esta promesa en acción concreta que impulsen el progreso de la Argentina entera. Con comunidades rurales fuertes y productivas, se puede construir un país más equitativo, próspero y federal.
Sin productores no hay producción; sin el campo, no hay futuro para el interior ni para el país”.
Ignacio Kovarsky – presidente de Carbap
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) January 3, 2025