Hoy miércoles es el Día Nacional del Vino en la Argentina y existen muchos motivos para festejar, aunque uno es particularmente importante: en el país el precio de la bebida es extremadamente barato para la excelente calidad lograda en los últimos años.
Aquí es la parte del artículo donde debería empezar a divagarse sobre diferentes aspectos subjetivos de esto y lo otro, pero en Bichos de Campo preferimos ir a lo concreto para que no queden dudas al respecto.
El grupo chileno Cocha y Toro, que en le país trasandino elabora la reconocida marca Casillero del Diablo, a partir de 2020 comenzó a producir en Mendoza versiones locales de esa línea de vinos.
Mientras que en supermercados chilenos Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon Reserva se consigue a un valor minorista de 4990 pesos chilenos (equivalente a 6,1 dólares), en la Argentina esa misma marca se encuentra a 855 pesos argentinos, los cuales, con el tipo de cambio real (MEP) representa un valor de 4,1 dólares.
Eso implica que, con la misma cantidad de dólares, mientras que en Chile un amante de bebida puede comprar dos botellas de Casillero de Diablo, en la Argentina le alcanza para llevarse tres, es decir, una más.
La mayor parte de los argentinos no pueden evidenciar lo barato que están los vinos –y los alimentos en general– porque el salario medio está tan pauperizado que se diluye a los pocos días de empezado el mes.
Por los habitantes de zonas limítrofes de países vecinos lo tienen muy claro y, cada vez que cruzan la frontera, vuelven con al chango repleto de alimentos “regalados”, entre los cuales, claro, siempre hay alguna botella de vino.