Por Nicolás Razzetti (@NicoRazzetti).-
En los últimos años hubo un claro avance de los matarifes y frigoríficos sobre otro eslabón de la cadena ganadera, el del engorde de hacienda, que reemplazó las pasturas por la alimentación con granos a corral.
Con el avance de la soja y el crecimiento de la producción de granos se fue desarrollando el feedlot. Estos establecimientos se instalaron mayormente en zonas cercanas a los grandes centros urbanos y a la vez de las zonas de cría, donde consiguen con más facilidad y pagando fletes más cortos su materia prima, los terneros.
En los últimos diez años, este proceso de integración de la cadena les permitió a los comercializadores y procesadores de carne vacuna reducir costos comerciales y asegurarse al menos parte de la oferta de carne. El fenómeno arrancó con la producción de animales chicos con destino al consumo interno, pero también lo implementaron algunos frigoríficos exportadores que tienen feedlots propios, como es el caso de Friar, o que engordan en corrales de terceros, como son los casos de Gorina o Arre Beef.
Prestar servicios a terceros es la especialidad de Proteco, uno de los primeros y más grandes feedlots del país. Con capacidad para engordar 15 mil bovinos, está ubicado en San Pedro y fue creado y conducido históricamente por el empresario Ignacio Rivarola, un pionero de la actividad y fuerte defensor de las bondades del sistema intensivo y su complementaridad con la agricultura.
En una vuelta de tuerca de este proceso, los feedlots también han pasado a comprarse y venderse. Le sucedió a Proteco.
Rivarola se encontró, según cuentan fuentes del sector ya que fue imposible comunicarse con el empresario, con el mismo dilema que muchos productores de diferentes rubros: no halló en su familia sucesores con intenciones de hacerse cargo del manejo del establecimiento que supo engordar hacienda de Arre Beef, entre otras empresas, y donde se producía hacienda liviana pero también novillos para la exportación.
Los que compraron el establecimiento son empresarios de la industria frigorífica. Se trata de la familia Soma que tiene parte del Frigoríficos Visom (Visani – Soma) que opera en el consumo. También son los propietarios del Frigorífico Bancalari (habilitado para exportar) y de Santa Giulia (ex Meatex, ex Cepa San Vicente), que tiene línea para producir carne procesada con instalaciones renovadas. “Es un muy lindo frigorífico” graficó un ganadero que conoce la planta.
La intención de los nuevos propietarios del feed lot Proteco sería la de producir hacienda para abastecer esos establecimientos y llegado el caso operar con ganado de abastecedores que lo faenen en ellas. Es decir que no van a dar servicio de hotelería como tradicionalmente lo hizo Proteco. Entre las tres plantas del grupo Soma, durante los meses enero-abril, se faenaron poco más de 70 mil animales, lo que significó casi el 2% del total nacional, según datos oficiales.
Según la Cámara de Feedlot se calcula que, restando vacas y toros cerca del 65% de lo que va a faena pasa por los corrales de encierre. Esto significa en términos absolutos que cerca de 6 millones de animales se terminan a corral con diferentes niveles de profesionalización. De ese total los engordadores calculan que entre 30 y 35% es hacienda provista por matarifes y frigoríficos, lo que sumaría cerca de 2 millones de animales.