“No digo que se bajen o eliminen las retenciones, sino que se reemplacen por otros tipos de instrumentos que son mucho más positivos para el mundo productivo, como por ejemplo el impuesto a la tierra”.
Así lo indicó el empresario agroindustrial Gustavo Grobocopatel en referencia a los derechos de exportación aplicados por el gobierno argentino a los productos agrícolas.
“Se podría cobrar por hectárea una cantidad que equivalga a lo que recaudás hoy por retenciones, eso sería un extremo de máxima, pero también uno podría ajustar el impuesto para abajo pensando que esa liberación del precio va a generar más producción y más ingresos por el impuesto a las Ganancias, IVA o demás”, señaló en declaraciones realizadas este fin de semana a AM 750.
Un eventual impuesto a la tierra –vale aclarar– recaería sobre los propietarios de campos, los cuales, frente a una excesiva presión impositiva, podrían optar por retirar de manera masiva inmuebles rurales en alquiler para producirlo por propia cuenta.
De todas maneras, Grobocopatel, quien se encuentra residiendo en Uruguay, nación que no aplica derechos de exportación ni un impuesto especial sobre la tierra productiva, afirmó que “mi discusión no es sobre el volumen de impuestos que hay que recaudar; es otra discusión que tiene que ver con el tamaño del Estado, con cuánto la sociedad está dispuesta a pagar, con el impacto que tiene el aumento de impuestos sobre la actividad productiva”.
“Estamos hablando del 40% del PBI en impuestos y la actividad productiva no arranca porque no hay inversión privada. Y esa es una decisión que tiene que tomar la sociedad, qué es lo que quiere hacer, si quiere crecer o no quiere crecer”, apuntó Grobocopatel (aunque donde dice “sociedad”, debería decir “gobierno” o “corporación política”).
“Lo que no podemos hacer es decir una cosa y hacer políticas al revés. No podemos decir queremos resolver el problema del país vía crecimiento y al mismo tiempo tomar medidas de política económica anticrecimiento. La falta de integridad entre lo que se dice y se hace es grave”, aseveró.
“Las políticas que se quieren aplicar interviniendo sobre el precio de los alimentos no han funcionado y, desde mi punto de vista, lo que hay que hacer es compensar a las familias que tienen más dificultades a través de una ayuda o un aumento de los subsidios directos que van a esas familias”, concluyó.