En abril las exportaciones de carne vacuna se recuperaron respecto del mal desempeño que tuvieron en el primer trimestre, cuando terminaron siendo menores a las de 2024.
El mes pasado se embarcaron casi 60.000 toneladas res con hueso, contra las 50.000 de marzo, lo que indica una mejora de 20%. Sin embargo, ese volumen es todavía 15% menos al de abril del año pasado.
En los primeros cuatro meses del año, de este modo, las exportaciones de carne vacuna fueron de 230 mil toneladas contra las 318 mil del año pasado, lo que significa una baja de 28%.
El analista Víctor Tonelli había anticipado que se venía una mejora en el nivel de ventas al extranjero y eso se cumplió, aunque todavía el nivel de embarques está lejos de los excelentes registros del año pasado, cuando se alcanzó el récord de los últimos 100 años con 930 mil toneladas exportadas.
El analista explicó que la mejora en abril se debió a “los recuperación del mercado mundial, por lo que los exportadores buscaron capturar los altos precios de Europa y las ventas a ese destino crecieron 40%. También China está pagando más y los embarques a ese mercado aumentaron 17% en abril respecto de marzo. En menor medida mejoraron Chile y Estados Unidos mientras que bajaron las ventas a Méjico tras la auditoría que encontró fallas en varios frigoríficos”.
Los precios que paga China mejoraron en las últimas semanas debido a la reducción de sus stocks de carne, pero sobre todo como consecuencia de la guerra comercial que puso en alerta a sus importadores.
Si bien los exportadores destacan que esa recuperación de precios internacionales hizo más viable el negocio, el número no es tan atractivo como lo fue el año pasado. En esto tiene que ver el tipo de cambio que no mejora y que termina generando inflación en dólares de los costos internos.
En cuanto al mercado europeo, los precios son excelentes. Hay ventas de marcas de calidad reconocida que superan los 18.000 dólares. Pero a los frigoríficos les faltan novillos, que además el mercado interno paga mejor cuando su valor se traduce a dólares. Entonces se quedan sin mercadería y deben echar mano a cortes de menor valor para cubrir el cupo y atender a sus clientes.
Las ventas a Estados Unidos también se hacen a buenos precios. La tonelada se sigue pagando 8000 dólares, pero hay un cupo de 20 mil toneladas que tiene ahora un arancel del 10%. Por fuera de la cuota asignada a la Argentina el arancel se eleva a 36,4%.
La combinación del tipo de cambio y altos precios del ganado le juega en contra a los exportadores. El novillo de exportación se paga entre 5100 y 5300 pesos el kilo en gancho y el de consumo -que en pie se paga 3000/3100- vale 5300/5400 pesos.
La demanda interna está revitalizada y compite mano a mano con la exportación, que encima paga con plazos más largos y carga a su vez con los descuentos por retenciones que son de 6,75%.
Tonelli destacó que la fortaleza que demuestra la demanda interna “modificó los flujos y el consumo promedia los 48/49 kilos en este primera tramo del año contra los 43 kilos del año pasado”.
En este contexto, “la exportación que el año pasado fue más de 30% del total ahora se queda con el 24% de la carne que se produce”.
El tipo de cambio y los derechos de exportación limitan las ventas al extranjero que, en términos históricos, de todos modos, siguen en niveles altos. Hay que tener en cuenta que en los años en los que el kirchnerismo impuso fuertes restricciones al acceso a los mercados se llegó a exportar incluso menos de 200 mil toneladas. Este año se prevé en total cercano a las 800 mil toneladas, volumen que no será tan bueno como el de 2024 pero quedará como uno de los más altos de la historia.