Los números del visor indican que el “estacionamiento” se realiza a 20 grados, con el 70% de humedad. Adentro de la cámara se ven salames y otros chacinados que cuelgan, con cierta forma de medialuna, y cubiertos por una película blancuzca. “Sirve para proteger la tripa y que no se seque la carne. Es un hongo que se compra y luego se aplica con pulverizador”.
Quien nos explica todo es Germán Loggia, fundador de Caseritos D’El Trigo, una pequeña fábrica de chacinados (elabora una gran variedad de chorizos frescos y secos) que está ubicada en el pequeñísimo pueblo que le da nombre, El Trigo, de solo 50 habitantes y ubicado al partido de Las Flores, Buenos Aires. Su fama, sin embargo, trasciende a toda esa región de la inmensa cuenca del Salado.
El hecho de que esta pequeña planta esté montada allí es el motor y el éxito de esta empresita que ya tiene 9 años: Germán anhelaba volver a su pueblo de origen, donde hizo la escuela, “para trabajar y dar trabajo”.
“Esta era la carnicería de mi abuelo Nardo, que repartía carne en el sulky y venía gente de la zona a comprarle. Yo crecí viendo todo su trabajo acá en El Trigo, donde todavía queda la pequeña estación del tren que empezó en 1926 y dejó de pasar en el 67, lo cual fue un sacudón porque mucha gente comercializaba sus productos con y gracias al tren. A partir de que dejó de pasar, el pueblo se fue quedando sin gente”, describe.
Mirá la entrevista:
En el año 2000, cuando Germán egresó del secundario como técnico electromecánico, se dio cuenta de que no encontraba trabajo y que no tenía ningún horizonte en el pueblo, así que muy a su pesar emigró a Saladillo donde se empleó en el rubro chacinados, se fue perfeccionando y donde armó su familia. Pero siempre le rondaba la idea (el deseo) de volver. En 2013 se animó.
“Volví decidido a armar mi propia fábrica de chacinados en el pueblo y muchos me decían que estaba loco con esta idea de montar la fábrica en el medio del campo, pero más allá de los tropiezos que tiene toda empresa cuando arranca, estoy contento”, asegura.
“Claro que hay que tener en cuenta el tema de las distancias y estar preparado ante un corte de luz, pero lo estamos y además no tenemos problemas de caminos porque estamos cerca de la ruta y con acceso empedrado”, agrega.
Caseritos El Trigo elabora, en chacinados frescos chorizo puro de cerdo y salchicha parrillera, mientras que en seco tienen más variedades entre salamines, longanizas y chorizos (una de las opciones es con anís y es muy buscada). En cuanto a la tripa utilizan tanto natural como sintética que son de colágeno y comestibles. Y el principal objetivo es lograr una calidad constante y donde se fusione la elaboración en serie con el toque casero, que es lo que les da identidad a los productos.
“No fue fácil entrar al mercado: como toda marca nueva hay que hacerse conocer y ser constante; el vínculo que generamos con nuestros clientes es la atención personalizada y el respaldo de que al ser una empresa chica somos muy cuidadosos del producto para que a la mesa llegue de la mejor manera”, describe Germán, que hoy distribuye su producto en Las Flores (en las fiambrerías Delicias de Campo que son de su hermano y en otros comercios), Saladillo, Tandil, 25 de Mayo, Ayacucho, Rauch, Bolívar, Azul y algo a Buenos Aires, a negocios puntuales.
La receta de base de los “Caseritos” es la familiar, la de sus abuelos, porque en su familia siempre se elaboró chorizo (en los tiempos en que todos los vecinos hacían sus carneadas). Pero Germán explica que al entrar en el mercado y profesionalizarse, la mejor alternativa es encontrar el equilibrio entre lo casero y lo industrial, para mantener una calidad constante y, a la vez, que salga en serie ya que distribuyen todas las semanas. El secreto es usar algunos conservantes y colorantes que exige la industria y mantener, al mismo tiempo, la magia de lo casero.
“Desde el inicio mi idea fue darle trabajo a la gente del lugar y hoy en total somos 6 personas acá, o sea más del 10% del pueblo”, bromea Germán (aunque es la verdad). Sus hijos van a la escuela primaria a la que concurrió él.
“El tema es que a veces parece que a uno que quiere hacer cosas se la hacen más difícil con las habilitaciones y toda la burocracia, y uno cuando se decide a emprender quiere arrancar ya mismo y que la cosa empiece a funcionar. Fue complicado, pero logramos tener todo… Ahora tenemos que sortear el otro gran escollo que son los impuestos excesivos que te sacan plata que podrías estar invirtiendo. Pero nosotros seguimos”.
“Cada chacinado tiene la particularidad, el sabor y la identidad de la región donde se elabora y creo que a nosotros nos identifica la mezcla de condimentos que hacemos y el sabor natural y casero que logramos”, reflexiona Germán. “Hoy mi mayor orgullo es perdurar y seguir creciendo en el lugar donde nací: yo apuesto por mi país y por mi pueblo”.
Vivo en Alvarez de Toledo y fui a conocer El Trigo ..es hermoso..obviamente siempre q podemos compramos los productos de chacinados porque son exquisitos…super recomendable..es bueno saber q detras de ese emprendimiento hay una historia …!!!
Yo tambien emigre. Pero no volvi. Pq
Bichos de Campo los felicito por hacer conocer a quienes hacen posible que sigamos siendo un país. Gracias Germán por apostar por producir!!!