La Asociación Braford Argentina inició en febrero del 2022 su programa “Braford Carbono Cero” en establecimientos agropecuarios de los socios con el propósito de evaluar la posibilidad de comenzar a prestar servicios ecosistémicos.
Por ese motivo, el programa no solamente mide las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la cabañas Braford, sino también la captura de carbono orgánico presente en las mismas, de manera de conocer, al hacer un balance entre ambos, la situación de las cabañas en función de los criterios establecidos por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC en sus siglas en inglés).
Los resultados que se obtuvieron podrían, en caso que el balance sea positivo y el socio de la entidad así lo decida, lograr una certificación internacional orientada a comercializar bonos de carbono.
“Los datos reales de los predios irán ‘matando’ los relatos y argumentos de quiénes miran la paja en el ojo ajeno y culpan al sector de ser un importante contaminante del medio ambiente” dijo a Bichos de Campo el consultor Andrés Costamagna, quien estuvo a cargo del proyecto.
La iniciativa midió el balance de carbono en 14 establecimientos que suman en total 75.000 hectáreas y que tienen unas 43.000 cabezas bovinas, 1730 ovinos, 887 equinos y 117 búfalos.
“Son campos que tienen diferentes realidades. En algunos casos hay mayor participación de la agricultura. En cuanto al manejo ganadero, varios establecimientos son puramente ganaderos, donde no se producen granos, mientras que otros combinan forestación y ganadería” dijo el consultor.
En cuanto a los manejos, se monitorearon campos con sistemas productivos tradicionales hasta otros con tecnologías muy sofisticadas. “En todos los casos se trata de planteos ganaderos de punta”, aseguró Costamagna.
Los campos que participan del programa se encuentran en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. “Nos queda todavía avanzar en campos de Córdoba, San Luis, Santiago del Estero, Chaco, Salta, que muy pronto tendremos los resultados”, adelantó.
“El balance es positivo, en algunos casos hay algunos ajustes por hacer para mejorar el potencial de captura de carbono que tienen los campos y los manejos, pero el balance es positivo, lo que significa que se captura más de lo que se emite”, expresó el responsable del programa “Braford Carbono Cero”.
“Estamos removiendo carbono de la atmosfera, que han puesto ahí los combustibles fósiles, y lo estamos transformando en carbono biológico, en árboles, pastizales y en materia orgánica del suelo, que es dónde lo estamos almacenando”, graficó.
En cuanto a los ajustes por realizar, dijo que es necesario corregir algunas cuestiones vinculadas al manejo, tales como dar una mayor tiempo de rebrote a las pasturas o eficientizar las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados.
“El balance general nos dio planteos con carbono favorable, mientras que otros dieron carbono cero (es decir, emisiones de GEI que se compensan con captura de carbono)”, afirmó el especialista.
“Los establecimientos que combinan forestación con ganadería son los que más capturan carbono: entre 18 y 29 toneladas de dióxido de carbono equivalente por hectárea y por año, en tanto los de pasturas con manejos estrictos capturaron entre 3 y 9 toneladas”, apuntó.
En tanto, los planteos con manejos tradicionales de recursos forrajeros en muchos casos les alcanzó solamente para compensar las emisiones de GEI. “Cuando integramos los planteos pecuarios con agricultura, muchas veces lo que captura la ganadería se lo ‘consume’ la agricultura, que debe tener grandes ajustes para lograr al menos ser ‘carbono cero’; lo bueno es que los productores saben cómo hacerlo”, finalizó Costamagna en referencia a las tecnologías agrícolas que permiten capturar carbono (como es el caso de los cultivos de servicio).