Un informe de los economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), basados en datos oficiales al pasado 10 de noviembre (cuando todavía faltaba un mes para el cambio de gobierno), confirmó que las compras de granos por parte del sector agroexportador llegaban a una cuarta parte de la cosecha total esperada para el ciclo 2019/20.
Básicamente las grandes cerealeras habían comprado 29,4 millones de toneladas, el 23% de la producción estimada para los principales seis cultivos (soja, maíz, trigo, cebada, girasol y sorgo). Y como habían presentado DJVE (Declaraciones Juradas de Venta al Exterior) por volúmenes bastante semejantes, congelaron el peso de las retenciones por una buena proporción de los embarques esperados en 2020 y no quedaría chance legal de que el nuevo gobierno les reclame dinero en caso de elevar -como se espera- los tributos a la exportación.
El estudio firmado por Julio calzada y Emilce Terré indica que la compra anticipada de casi 30 millones de toneladas “no sólo constituye un récord histórico, sino que prácticamente triplica el volumen de los últimos cinco años y supera en más de 12 millones de toneladas los negocios cerrados para la misma altura del año anterior”.
Todas las semanas el Ministerio de Agroindustria releva la mercadería comprada por el sector exportador e industrial. De allí se sabe que “el aumento en el volumen de negocios anticipados de la nueva campaña es un fenómeno que se viene sosteniendo en los últimos años, aunque la tasa de crecimiento de esta campaña es la más alta de los últimos tres años”. Hay varias razónes, a juicio de los analistas rosarinos, que explicarían esta suba:
- La preferencia por este tipo de negocios como modo de financiamiento del sector productor, en un contexto de altas tasas de interés, y la reticencia de los productores a endeudarse,
- La necesidad del hombre y mujer de campo de cubrirse ante el riesgo de precios en el marco de la tendencia decreciente del valor internacional de los commodities agrícolas desde los récords alcanzados en el año 2012. Este factor se ve agravado por la inestabilidad que genera la guerra comercial entre China y los Estados Unidos de América,
- En algunos segmentos puntuales, como es el caso del trigo este año, asegurarse la originación de la mercadería ante una menor producción respecto de lo esperado ante el déficit hídrico de este año,
- Fuerte competencia en el sector exportador e industrial para asegurarse la disponibilidad de la mercadería,
- Indefinición en la política agropecuaria ante el cambio de gobierno, donde los productores presumen que los precios los de los granos pueden llegar a bajar en el corto plazo.
Este último punto debería ser de particular interés para las autoridades del gobierno entrante de Alberto Fernández, que demora no solo el inicio de una transición ordenada con el gobierno saliente sino que se expone a este tipo de situaciones: a medida que adelantan sus compras de granos y sus ventas comprometidas al exterior, al amparo de la ley 21.453, las cerealeras esquivan la supuesta suba de retenciones que se descuenta preparan las nuevas autoridades económicas.
Por supuesto que todavía queda mucho por vender, en especial de soja. De todos modos, según este balance, “a principios de noviembre, restan comercializar 98 millones de toneladas de los principales seis cultivos a cosechar en la campaña 2019/20, el volumen más bajo desde el año 2013 si exceptuamos la fatídica campaña 2017/18 cuando una severa sequía diezmó la producción de granos gruesos”.
El registro oficial muestra una elevada aceleración de los negocios con maíz y con trigo, los dos cereales más expuestos a la posible suba de retenciones. En el primer caso, este año “cuadriplicó las compras de la nueva campaña en relación al promedio de los últimos 5 años”, ya que se llevan comercializadas 12,6 millones de toneladas, muy por encima de los 4,6 millones anotados a la misma altura del año anterior y de los 3 millones promedio de las cinco campañas anteriores.
Para el trigo, en tanto, más que se duplicó el volumen de compras anticipadas en relación al promedio. Hoy, exportadores e industriales llevan compradas 8,3 millones de toneladas, casi un millón por encima de noviembre del año pasado y casi dos veces y media los 3,5 millones del promedio de las últimas cinco campañas.
“Tanto en el caso del maíz como del trigo, estos volúmenes son los máximos históricos”, destacó el informe de la BCR, que puntualizó luego que en el caso de la soja, si bien los 7,8 millones de toneladas anotadas a noviembre superan por mucho tanto los 3 millonesdel año pasado, aún se encuentran por debajo de los registros más altos de la historia”. El récord en ese rubro se registró con 8,33 millones a noviembre de 2007, año en que también se produjo una larga demora entre el anticipo de una suba de retenciones (iban a pasar del 27,5% de Néstor Kirchner al 35% en el primero gobierno de Cristina) y su concreción efectiva.
Los grandes productores portándose como la mierda que son.