El Programa Red de Manejo de Plagas de AAPRESID viene investigando alternativas al control de estas plantas que se las ingenian para mutar y resistir a las aplicaciones de los productos químicos que en su momento fueron una gran solución, pero hoy lucen ineficaces frente a una gran cantidad de biotipos presentes en el campo argentino.
Con el paso del tiempo la respuesta de los agroquímicos frente a las malezas fue cada vez menor y además hubo mayor presión social y toma de conciencia de parte de los agricultores sobre la necesidad de utilizar insumos que no fueran de origen químico y que en consecuencia fueran más amigables con el medio ambiente.
Unas de las alternativas que los productores socios de la entidad que reúne a los que hacen siembra directa es la incorporación de bio-controladores.
Eugenia Niccia, gerenta de esta red de AAPRESID, dijo que el 27,7% de los productores dijo en una reciente encuesta que utiliza algún tipo de bioinsumo destinado al control de adversidades bióticas como insectos, malezas, enfermedades. En definitiva, se busca dar una solución natural a un problema que tiene ese mismo origen.
Niciia indicó que: “Cada vez hay más interés en el impacto ambiental y los estos productos son una herramienta más que nos van a acompañar en esta línea y el mercado también va en esa dirección. Hay informes de consultoras que indican que en 2029 el 30% del mercado mundial será de biológicos. Actualmente se estipula que es del 15%”.
Para la coordinadora del REM esta tendencia “es un cambio de paradigma” en la forma de hacer agricultura, pero agregó que la incorporación de esta tecnología llevará su tiempo ya que se requiere de información que sustente su adopción.
En tal sentido dijo que hay que tener en cuenta que los productos químicos tiene un efecto casi inmediato y por lo tanto también es rápida la evaluación del resultado, en cambio los insumos biológicios como los controladores tienen una respuesta más paulatina.
Además hay otra cuestión que necesitan los productores para sumarlos a su paleta de alternativas del cuidado de sus cultivos: la acumulación de información de ensayos a campo.
“Cuando hicimos la encuesta peguntando por su adopción nos decían que falta información sobre las respuestas en rindes y en la relación insumo-producto”, dijo Niccia, quien consideró que si bien su uso en Argentina es todavía incipiente “en su manufactura los bioinsumos no se consideran caros, podrían competir con los convencionales y ser bien económicos y, por supuesto, su mayor adopción ayudar a que se diluyan los costos de su fabricación”.