Otro dato oficial muestra que el presidente Alberto Fernández estaba al menos equivocado cuando afirmada días atrás que los productores eran una “especuladores” al demorar sus ventas de granos, para especular así con una posible devaluación del peso.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), como parte de un informe destinado a analizar este asunto y sobre todo la liquidación de divisas del sector, marco que la verdad no era la que decía el Presidente. “La venta de granos por parte de los productores a finales de julio alcanza el segundo mayor registro de la historia, con 83,2 millones de toneladas”, define ese documento.
Solo una vez en la campaña 2019/20, dos años atrás, ese volumen de ventas había sido superado. Pero que los productores se han desprendido más rápido que tarde de sus granos este año es más que evidente. De hecho., sus ventas en los primeros siete meses del año superan en 5 millones de toneladas el promedio de losúltimos 5 años.
Este registro de las ventas primarias en el sector, desde los productores a cooperativas, acopios o directamente a las industrias agroexportadoras, no está ligado directamente con el nivel de liquidaciones de divisas al Banco Central, que era el tema que preocupaba a Alberto Fernández. Pero las cerealeras y aceiteras siempre dicen que ellos ingresan los dólares al país cuando deben obtener los pesos para poder pagar a los productores por sus granos, por lo que la ligazón es mucha. Si los chacareros venden rápido, las agroexportadoras se ven obligadas a traer las divisas.
Los datos publicados por la BCR que vuelven a desmentir al Presidente son oficiales. Surgen de la declaración de compras semanales de granos por parte de la industria aceitera y el sector exportador que publica semanalmente la ahora Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP). Allí puede observarse que al cierre de julio se alcanzaban las 83,2 millones de toneladas, entre trigo, maíz, sorgo, soja, girasol y cebada. Esto debe calcularse sobre una cosecha total cercana a 120 millones de toneladas.
En 2019/20 la Argentina tuvo una cosecha récord, y en ese momento julio cerraba con ventas de los productores de 84,7 millones de toneladas. En aquel caso las ventas representaban el 65% de la producción total. Ahora, en 2022, el ratio alcanza el 64,3%.
“En términos globales los productores han comercializado a la fecha un volumen superior de granos que el registrado a la misma altura del año pasado, más allá de las diferencias que existan al interior de cada producto. En otras palabras, puede verificarse que, si bien se observa un volumen absoluto de ventas de soja inferior al registrado, en toneladas, a la misma altura del año pasado, las ventas del resto de los granos más que compensan esta diferencia”, explicó la Bolsa de Rosario.
Hecha esta aclaración, el trabajo de los economistas de Rosario acepta que sí se ha registrado un proceso de retención de la soja. Al cierre de julio se llevaban vendidos 21,3 millones de toneladas, “el menor valor absoluto desde la campaña 2003/04, cuando se habían comercializado 20,3 millones”.
Sin embargo, los 34,5 millones de toneladas comercializadas de maíz constituyen el segundo mayor registro de la historia, incluso a pesar de la merma productiva a causa de la última sequía. Las 21,2 millones de toneladas negociadas de trigo, junto con las 2,5 millones de cebada se constituyen en los récords históricos de operación de ambos cultivos, y las 1,2 y 2,5 millones de toneladas, respectivamente, comercializadas de sorgo y girasol se encuentran entre los registros más altos.
Para la BCR, a esta altura queda claro que el productor de granos no han sido especulador, como definió el Presidente, sino que “ha privilegiado la venta de el resto de los cultivos, prefiriendo retrasar las de soja, ante una multiplicidad de factores: la necesidad que el grano conserve su poder de compra de cara a las erogaciones que deberá realizar más adelante para dar inicio a la nueva campaña”.