¿Existe un modo argentino de producir que pueda servir para identificar y posicionar al país en el concierto internacional?
Esta pregunta intenta ser respondida por un nuevo documento colectivo del denominado Grupo Escaleno, un rejunte de personalidades muy vinculadas con al sector agroalimentario local que reinvindica la siembra directa como parte de una agenda sustentable que debe ser aprovechada por la Argentina.
El director de la Maestría de Agronegocios de la FAUBA, Fernando Vilella, es uno de los promotores del Grupo Escaleno. El académinco explicaó que el documento apunta a “la necesidad de construir una Marca País” a partir de generar un intangible que muestre que existe un “modo argentino de producir” alimentos de calidad de modo sustentable.
El trabajo comienza planteando una serie de retos a los que se enfrenta el mundo, como el calentamiento global y la necesidad de alimentar a un mayor número de población hacia 2050. Entre estas “complejidades crecientes a medio y largo plazo” también se menciona que para dentro de treinta años “se requerirán al menos 50% más alimentos, forrajes, bioenergía, etcétera”.
“A escala global estel desafío planteado no debería ser imposible; incrementos muchos más altos en la producción fueron logrados en un pasado, tomando como referencia el decalustro 1961-2011 el output agrícola global se triplicó en base a agregar ciencia en la producción, aunque hoy hay indicios de desaceleración en inversiones en ella y en avances productivos”, contextualizó el grupo de análisis.
Pero también hay muchas limitantes. Se citan datos de la FAO que dan cuenta que alrededor del 25% de los suelos agrícolas están degradados. Que el agua dulce y el aire amenazados en muchos territorios.Que el Cambio Climático, emisiones de gases de efecto invernadero, deterioro de recursos, migraciones y pobreza son otros temas relevantes e interconectados.
Aquí, Escaleno hace mención a la “herramientas para paliar esta problemática”. Según la FAO, las soluciones se darán en base a la agricultura climáticamente inteligente, la agroecología y la agricultura de conservación (o siembra directa como es conocida en Argentina).
El grupo, que había emitido un primer escrito en agosto de 2018 para reclamar la sanción de una Ley de Semillas que finalmente nunca llegó, ahora hace una reinvindicación dela Siembra Directa como “el modo argentino de producir”.
“La siembra directa ha sido bien estudiada. Se ha documentado que permite incrementar rendimientos de los cultivos entre un 25-40%, disminuir el uso de combustibles fósiles hasta un 66% por hectárea y 80% por tonelada, e incrementar la eficiencia de uso del agua hasta un 60%, mejorando la productividad total de los factores en la ecuación agrícola”, afirma el documento.
Luego compara que mientras la adopción mundial de la Siembra Directa solo llegaba al 11% del área agrícola mundial en 2017, aquí los niveles de difusión llabana al 93%.
Aunque reconoce factores ambientales adversos y muchos pendientes de este sistema agrícola, el grupo aseguró que “con la mejora en las rotaciones, incorporación creciente de cultivos de servicios, agtech e innovación institucional es que el país no sólo reafirma su compromiso con una agricultura capaz de contribuir a la seguridad alimentaria mundial preservando e incluso mejorando los recursos naturales haciendo un aprovechamiento inteligente de los mismos, aportando biomoléculas útiles para diferentes usos”.
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Para el think thank, entonces, “el desafío es generar un intangible que, mostrando un Modo argentino de producir, a partir de datos objetivos”.
¿Y para qué serviría? Para configurar “en la mente del consumidor un acercamiento a una naturaleza virtuosamente intervenida con productos de calidad”.
Además escaleno considera que este proceso podría permitir al país acceder a “mecanismos de mercado que nos permita capturar esta serie de externalidades positivas bajo una marca, un sistema de bonos u otro que nos permita sumar al producto el mensaje de “sustentable” a modo de lograr un diferencial en el precio de nuestros alimentos, bebidas, bioenergías y otros tantos productos derivados de la bioeconomía argentina”.
Según esta visión, el “atributo distintivo” de la Marca País “es nada menos que la sostenibilidad, ambiental, económica y social”.
“Esta Marca puede ser la llave para el desarrollo y la inclusión en diferentes economías regionales, también para la incorporación de una conciencia sobre la necesidad de certificar y trazar aspectos sanitarios y de calidad”, concluyó el documento.
Firman esta aporte al debate Víctor Accastello, Luis Bameule, Roberto Bisang, Sergio Britos, Gastón Bourdieu, Marcelo Carrique, Jorge Castro, Diego Cifarelli, Lalo Creus, Julio César Curras, Gabriel Delgado, José Demichelli, Santiago Del Sel, Marcelo Elizondo, Gennari Alejandro, María Beatriz “Pilu” Giraudo, Gustavo Grobocopatel, Roberto Guercetti, Gustavo Idigoras, Ignacio Lartirigoyen, Eduardo Levy Yeyatty, Juan J. Llach, José María Llados, Egidio Mailland, Facundo Manes, Hernán Maurette, Alejandro Néstor Mentaberry, Raúl Ochoa, Alfredo Paseyro, Alejandro Petek, Félix Peña, Martín Piñeiro ,Fabio Quetglas, Carola Ramon Berjano, Manuel Ron, Rodolfo Rossi, Guillermo Santa Cruz, Eduardo Trigo, Federico Trucco, Hugo Sigman, Ernesto Viglizzo, Pedro Vigneau y Fernando Vilella