El nombre de Ernesto Viglizzo, un investigador del Conicet especializado en emisiones y cambio climático, comenzó a sonar fuerte en los ambientes productivos. Es que los estudios del experto son el “as en la manga” que se guarda el sector agroalimentario para defenderse de quienes le endilgan una responsabilidad mayúscula en las emisiones de gases del efecto invernadero (GEI), que terminan en consejos desmedidos en contra del consumo de carnes. Viglizzo sostiene que -en efecto- los animales emiten metano, pero advierte que el aporte de la ganadería capturando carbono del ambiente es mucho mayor que el perjuicio que provoca.
“Una fortaleza muy importante es la del potencial de secuestro de carbono que tienen las tierras de pastoreo de Sudamérica, las cuales requieren una revisión permanente ya que no se le suele dar importancia, y pueden cambiar por completo la ecuación en cuanto a balances de carbono. De hecho, muchos compromisos de mitigación que hemos firmado a nivel internacional, pueden tener una perspectiva distinta, y a lo mejor hasta ya estemos mitigando sin necesidad de asumir nuevos compromisos”, confirmó ante Bichos de Campo el propio Viglizzo, quien también aporta al Grupo de Países Productores del Sur (GPS), una red de instituciones privadas y expertos en agronegocios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Otra de las fortalezas que presenta el agro frente al cambio climático, según este experto en medio ambiente, “es el rol que desempeña Argentina como país proveedor de alimentos, porque junto a esos alimentos tangibles, por ejemplo, la soja, estamos exportando un montón de intangibles que son los servicios ecosistémicos o servicios de sustentabilidad, ya que el país que nos compra soja o carne nos compra al mismo tiempo esos intangibles, y así no necesitará su propia agua para producir esos alimentos porque se la provee el país que le exporta. Lo mismo pasa con la tierra y los nutrientes”, añadió.
Mirá el reportaje completo realizado a Ernesto Viglizzo:
Viglizzo, que ha participado de la confección de los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y otros programas globales sobre medio ambiente, agregó que “el agua encierra una tercera fortaleza. En esta región hay un excedente de agua mucho más importante que en otras regiones del mundo, y cuando sobra más agua, implica que puede producir más alimentos”.
“El flujo del agua virtual que se va a los países que nos compran los alimentos es inevitable. Es decir que tenemos un activo estratégico en los excedentes de agua. Nosotros podemos utilizar mucha agua de lluvia para producir, mientras que China, por ejemplo, debe recurrir al agua de ríos o incluso aguas contaminadas, y esto considerando que tiene un sector industrial muy poderoso que contamina enormes cantidades de recursos hídricos”, explicó Viglizzo.
Pero no todo lo que hace el agro local puede ser considerado positivo frente al desafío de frenar el cambio climático. Viglizzo advirtió que una de sus debilidades es “la alta tasa de deforestación, lo que implica más emisiones de carbono hacia la atmósfera, destrucción de hábitats y perdida de biodiversidad”.
Para el experto, en el reciente acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea, el foco está puesto justamente en este punto: “Somos un país que produce carne y otros alimentos, a costa de deforestar; y por eso debemos acordar políticas que morigeren este proceso y nos coloquen en una mejor posición competitiva”, reconoció.
Al respecto de los sistemas de producción de carne, Viglizzo declaró que “grupos de agricultores franceses ejercen presión sobre este tema, y aunque la barrera aún no está declamada, Brasil está sufriendo penalizaciones en sus exportaciones de carne, debido a que esa carne proviene de regiones deforestadas”. Este es un escenario que podría repetirse muy pronto en la Argentina.
Ernesto Viglizzo, es un gran investigador, sigo sus trabajos hace muchos años y merecen más difusión.