La situación de la lechería no es buena (ya venía ajustada en los últimos meses) y según los actores de la cadena empeorará, clima mediante, en los próximos meses.
Desde el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) dijeron que el precio por litro pagado al productor ronda actualmente los 58 pesos, un ingreso que apenas empata el costo operativo de los tambos, pero que no alcanza para retribuir a la inversión realizada. Para lograr eso el valor adecuado debería ser de al menos 63 pesos.
En los próximos meses esa brecha se ampliaría más. Es que ya pasó el pico de producción anual de la primavera, por lo que desde ahora la facturación total de los tambos se va a reducir y se compensará sólo parcialmente si el precio por litro sube.
También porque se prevé que se seguirá deteriorando la relación insumo producto. Históricamente con un litro de leche se podían comprar 2 kilo de maíz, pero hoy se adquieren solo 1,6 kilos.
El punto es que en esta campaña signada por la sequía faltará maíz temprano: se presupone que el 80% se hará de forma tardía y hay que ver qué resultado finalmente se logra y de qué calidad. Tanto en soja como en maíz, dos insumos clave para el tambo, se esperan subas en las cotizaciones.
En los meses próximos, en este contexto habrá menos leche por tambo y costos en alza, lo que ampliará más la brecha entre ingresos y costos.
A eso hay que agregar el deterioro del precio internacional de la leche en polvo. Pasó de más de 4.000 dólares la tonelada a 3.300 dólares. Los problemas que tiene el consumo interno de lácteos, afectado por la inflación, también influyen a reducir los ingresos de la actividad.
Esta reducción del poder de compra de las industrias, ante el faltante de materia prima, reducirá las posibilidades de mejorar los precios al tambero, que ya viene hace rato corriendo por detrás a la inflación de costos.
Según los datos de la Cámara de Productores del Oeste Bonaerense, el precio de la leche hasta septiembre aumento 68% interanual mientras que los costos lo hicieron cerca de 75%.