En marzo pasado el gobierno, con Martín Guzmán al frente de Economía, incrementó en dos puntos las retenciones a la harina y el aceite de soja con el propósito de financiar un fideicomiso (FETA) supuestamente destinado a mantener estables los precios minoristas de los productos panificados.
El decreto 131/2022, que implementó esa decisión –fracasada porque los precio subieron y mucho–, indicaba que en principio iba a estar vigente hasta el 31 de diciembre de 2022. Pero eso no será así porque, a cambio de volver a recibir divisas por adelantado en el marco de la segunda vuelta del “dólar soja”, el gobierno aceptó dar de baja esa medida antes de que termine el año.
En declaraciones a Génesis Rural, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, y el titular de la Aduana, Guillermo Mitchell, confirmaron hoy que volverá a regir el diferencial de dos puntos de retenciones a favor de la industria aceitera.
“Los productos que tienen mayor nivel de procesamiento y requieren más mano de obra ya no van a tener la aplicación de dos puntos adicionales de retenciones o derechos de exportación, es decir, que van a volver a tributar el 31%”, resaltó Mitchell.
“El objetivo de esa medida es promover la industrialización y la generación de mano de obra y el valor agregado dentro de nuestro país”, añadió en una conferencia de prensa realizada en el centro porteño.