César Belloso fue presidente de Aapresid (los productores en siembra directa) y forma parte de la regional Pergamino de esa entidad. Esa localidad en la que vive y desarrolla su actividad como productor agropecuario, vive un conflicto importante: Los agricultores fueron acusados de dañar al medio ambiente y a los pobladores urbanos, sus vecinos.
Lejos de plantarse como defensor de uno de los dos lados de la grieta, Belloso y otros productores inquietos como él intentaron con acciones concretas acercar las posiciones entre lo rural y lo urbano.
“La vinculación debe ser algo natural: yo soy rural de día y urbano de noche”, dice como para aclarar de movida que todos forman parte de un todo al que hay que aportar para mejorar las condiciones de producción, de vida y del medio ambiente.
Mirá la charla con César Belloso:
El ex presidente de Aapresid cree que el diálogo no se sostiene sólo en argumentos sino que comienza “a través del ejemplo, que es la mejor manera de comunicar. Hay que comunicar los valores con acciones” enfatiza.
Una de esas acciones fue la de generar un espacio donde los chicos de la zona puedan mejorar su nivel de educación. “Vimos una oportunidad en la escuela agrotécnica de Pergamino a partir de un reclamo de un contratista que buscaba personal para la maquinaria y veía que la gente ya no tenía aptitud ni actitud, no querían estar en la casilla una semana o quince días fuera de la ciudad”.
Fue entonces que decidieron ponerse en contacto con la escuela para desarrollar módulos educativos, luego de los cuales los alumnos participantes reciben el título correspondiente. “Hay módulos de tractor, de siembra, de pulverización y fertilización, de cosecha y hasta de agrónica, aprovechando la interacción que podía aportar la escuela y la Universidad Nacional del Oeste de Buenos Aires (UNOBA)”.
El contenido de los cursos fue planteado de alta calidad. Cuenta Belloso que de los primeros 16 participantes se recibieron sólo 4 porque la idea no era que fuese sencillo obtener un certificado que te habilite a trabajar en el rubro de las maquinarias sino que los alumnos se comprometan, trabajen, estudien y se forman a conciencia.
“Este año arrancaron 25 alumno y hay más pedidos. Esto genera una bolsa de trabajo que la escuela ya tenía pero con calidad de recursos humanos más calificados para productores y contratistas”, comenta el productor. La aspiración es que la comunidad de Pergamino, a la larga, confié en la calidad de los recursos humanos que realizan las aplicaciones cerca del éjido urbano.
Pergamino es una localidad donde la agricultura siempre hizo punta y también fue eje de los reclamos ambientalistas que llevaron a que un juez determina un límite caprichoso de 1.095 metros para las aplicaciones de agroquímicos desde las últimas viviendas, en los límites con el campo. Lo que pone en evidencia es la necesidad de consensos entre la vida urbana y la rural, que se necesitan mutuamente porque forman parte de un todo.
Belloso además participó activamente del armado de una cátedra libre de sistemas agropecuarios dentro de la UNNOBA, que tienecinco5 eventos al año en el que se repasan los diferentes modelos productivos y se presentan testimonios de los productores. “Se va tocando diferentes temas y se habla sobre qué hacen los municipios, la Universidad, el INTA, siempre con el eje en lo económico, ambiental y social”, explica a Bichos de Campo.
En el último evento, del que participaron 300 personas en forma virtual, “se presentaron trabajos sobre el estudio presencia de agroquímicos en el agua y en la sangre en diferentes pobladores, para evidenciar los impactos. Se trata de dar información par que la gente saque conclusiones”.
Este productor comprometido con su comunidad está convencido de que “tenemos que ponernos de acuerdo en cuál es el ambiente que queremos en la ciudad y en el campo. Y se tiene que dialogar para consensuar los temas y los que hay divergencia trabajarlos para lograr comunidad armónica”.
Considera Belloso que, frente a una necesidad grande de contar con alimentos, la producción debe ser cada vez más sustentable. Pero aclara que el foco “no debe ponerse solo en lo rural, porque si no parece que el único que contamina“ es el productor.
“Hay muchas prácticas habituales en la vida cotidiana que contaminan y mucho”, señala Belloso, que preguntó, a modo de ejemplo: “¿Qué hacen las famlias con el aceite de cocina usada, que es altamente contaminante en el agua?”