El frigorífico Carnes Especiales Entrerrianas es un claro ejemplo de que no hace falta ser una empresa grande para tener instalaciones modernas y hacer inversiones.
La empresa está radicada en la localidad de Nogoyá, cuenta con 30 empleados y la conducción está a cargo del matrimonio integrados por Gustavo del Gaizo, veterinario de profesión y responsable del área comercial, y su esposa Silvia Inés Quattrocchio quien es ingeniera agrónoma y como socia gerente maneja la administración junto a cuatro colaboradores.
Sus hijos Matías y Martina, ingenieros industriales que están trabajando y perfeccionándose en Estados Unidos y España, completan el cuarteto de socios de la firma.
Carnes Especiales Entrerrianas tuvo un importante crecimiento gracias a las inversiones constantes que se fueron haciendo. El plan es seguir en ese camino ya que tienen un plan claro de desarrollo de la compañía.
El crecimiento no sólo se dio en el área industrial sino también pecuaria, ya que cuentan con un rodeo de cría y el engorde de hacienda para exportación.
En cuanto a la infraestructura de la planta, poseen habilitación para el tránsito municipal y federal, e instalaciones adecuadas para faenar bovinos, ovinos, caprinos y porcinos.
En los últimos años incrementaron la capacidad de la sala de máquinas y ampliaron la de frío, para lo que cuentan con 6 cámaras frigoríficas para medias reses vacunas y porcinas, y otras 3 más, de las cuales 2 son para enfriados y otra congelado de achuras.
En la empresa dan trabajo a 30 personas pero seguramente serán más cuando se avance con el plan de inversiones en marcha. El aumento en la capacidad de frío fue el primer paso.
Los demás incluyen el armado de una sala de cuarteo y desposte, la fabricación de chacinados y embutidos y la fábrica de primer jugo bovino para producir grasa comestible en envases de 1 y 18 kilos. También se producirá harina de carne y hueso.
En Carnes Especiales Entrerrianas hoy se faenan cerca de 800 vacunos al mes y unos 2.000 capones, aunque están por debajo de la capacidad de procesamiento debido a la crisis del consumo. En el caso de los porcinos el 80% de la faena es de servicio a terceros, ya sean matarifes carniceros o matarifes abastecedores.
Gustavo Del Gaizo se refirió a la situación del negocio cárnico y dijo: “Lo vemos muy difícil, cada vez más. Hay menos oferta de hacienda para el consumo y también menos demanda. O sea, estamos en una situación bastante compleja, no podemos competir con la exportación. Creo que por eso es importante el cuarteo, nos va a permitir mejorar la comercialización y el consumo interno también”.
Respecto de la posibilidad de mejorar la condición sanitaria de las empresas dijo que “dentro de lo que es el consumo se debería mejorar y contar con un estatus sanitario de tráfico federal único. No puede haber matadero de campaña, provinciales que no tienen ni lo mínimo de lo mínimo. Estamos hablando que no tienen agua caliente, faenan con las moscas, con perros… Y ni hablar de la parte impositiva, no se pagan cargas sociales, se pagan salarios en negro y eso genera mucha competencia desleal desde lo sanitario hasta lo impositivo”
Del Gaizo además se refirió a la situación fiscal del negocio: “Tenemos aduanas internas, hay provincias como Misiones y Formosa que te cobran por el ingreso de carne en su territorio. Y tenemos un servicio de Senasa que autoriza la comercialización del producto, pagamos la tasa de higiene y profilaxis donde producimos y aparte nos cobran cuando entramos a una ciudad y cada una cobra lo que se le da la gana”.
Luego agregó: “hay que discutir todo lo que se paga a nivel municipal, provincial y nacional. También tenemos, por ejemplo, dentro de lo que es Senasa, el Plan Nacional de Control de Residuos e Higiene en Alimentos (CREHA) que lo hace un puñado de laboratorios y cualquier planta hoy está pagando no menos de 1,2 millones de pesos”.
Otro tema de larga data en el sector es el impuesto a los ingresos brutos: “La alícuota de ingresos brutos de un abastecedor tendría que ser baja, se debería mejorar la situación actual porque a veces el margen del negocio es demasiado chico, otras veces nulo y otras negativo”.
El empresario también hizo algunos cuestionamientos al sistema financiero: “Pasa lo de siempre. Uno presenta una carpeta en el Banco Nación con tasas bonificadas, presentás todo al día y nunca te llega. Yo presenté carpetas varias veces con todo en regla y nunca nos llegó nada”.