Los últimos meses de 2020 fueron complicados para la lechería. Los costos de los tambos comenzaron a subir y el alza de los precios que ellos recibieron no alcanzaron a compensar esos aumentos. La consecuencia es que para la mayoría de ellos los números pasaron de ser positivos a negativos.
En este escenario, muchos recordaron que el gobierno podía bajar las retenciones a la exportación de leche en polvo u otros lácteos para socorrer al sector: sin esa presión las industrias lácteas podrían pagar unos pesos más a los productores. A fin de año, se anunció una generosa baja de retenciones para las economías regionales. ¿Y con los lácteos qué pasó?
Todo lo contrario: el Gobierno dispuso un aumento en las alícuotas a algunos de los productos como la leche fluida, los quesos, el lactosuero y la manteca, que tributaban 3% y que ahora pasarán a pagar 4,5% del valor FOB, mientras que las retenciones por exportaciones de leche en polvo se mantuvieron en un elevado 9%, casi tanto lo que pagan los cereales, más de lo que paga la minería.
José “Pepe” Quintana es productor lechero en Piedritas, en el partido bonaerense de General Villegas, y un reconocido analista del mercado lechero. También trabajó en gestión de Cambiemos dentro de la Dirección Nacional de Lechería. Sobre esta suba de las retenciones, resumió: “Es un disparate”.
Para ponerlo en números, Quintana ejemplificó la situación en un tambo de 100 mil litros mensuales o 3.300 litros diarios. “Ya sabemos que el 70% de los tambos del país producen menos que eso, o sea que te hablo de un tambo que figura entre el 30% de los tambos más grandes. Esos 100 mil litros mensuales, a 3 centavos de dólar por cada litro de leche (que es el descuento por las retenciones) son 3 mil dólares, lo que equivale a poco mas de 270 mil pesos mensuales. Anualizado son 3,2 millones de pesos que le estás sacando a ese tambo”, expresó.
Escuchá la entrevista completa a José “Pepe” Quintana:
La exportación de leche en polvo, con 9% de retenciones, es según Quintana “la referencia de precios para el sector. La lógica del precio de corte (aplicado por Guillermo Moreno) en su momento era medido en función del precio del mercado interno y del de exportación, hasta que un día tenés una inundación o una gran caída de producción y ahí empieza a mandar el mercado interno”.
Ese 9% de retenciones es una de las más altas en el sector agropecuario, luego de las que paga la soja, del 33%, y de las que pagan los cereales, del 12%. Se bajaron las retenciones a la minería del 12% al 8% pero la leche en polvo, que incluye un proceso industrial, tributa 1% más que el oro, la plata o el cobre, recursos que no son renovables.
Acerca del aumento en las alícuotas a productos como la leche fluida, los quesos, el lactosuero y la manteca, que tributaban cerca de 3%, el analista lechero protestó diciendo que “ahora todo se fue a 4,5% y encima la leche en polvo sigue en el 9%”, en alusión a un contexto donde suben los costos, hay inflación y el productor tambero ve sus precios retrasados.
“Muchas veces salen con eso de que ´nos vamos a quedar sin leche´. Hace mucho que yo vengo siguiendo este tema de relación precio-costo de producción y estamos en niveles muy bajos que solo tienen como antecedentes momentos previos de crisis muy profundas”, explicó Quintana.
Acerca del cierre de exportaciones al maíz, que ahora se revisó y es un insumo crítico para los tambos, Quintana dijo que “no hay que meterse con el maíz” a pesar de su incidencia.
El productor lechero reconoció que es muy importante el maíz para los rodeos lecheros y que se consume en aproximadamente el 30% del alimento concentrado que consumen las vacas. Cuando empezó a subir el precio del maíz se les pararon los pelos de punta a más de un tambero, pero Quintana explicó que “la peleamos porque los rodeos venían muy bien, con vacas produciendo bien hasta mediados de 2020. Y aunque hasta ahora no se sintió tanto, es indudable que el impacto de la suba del precio del maíz en un precio de la leche tan estable será algo fuerte”.
Para dar una idea de lo caro que está el maíz en términos del precio de la leche, Quintana declaró que “con un litro de leche podías comprar de 2 a 2,20 kilos de maíz en la época de Cristina, y hoy apenas podés comprar 1,3 kilos de maíz”.
De todos modos Quintana reafirmó su postura contraria al cierre de exportaciones de maíz: “No hay que meterse con el cereal, de ninguna manera, porque en definitiva, y esto lo viví muy de cerca, cuando distorsionás el mercado, en algún momento tendrás que empezar a corregir”.
“En algún momento escuché una frase muy buena que decía ´en economía podés hacer lo que te de la gana pero lo que no podés evitar son las consecuencias´. Cuando empezás a distorsionar mercados, en algún momento hay que corregir, y en ese momento la cosa es durísima. Y eso es lo que pasó en 2016, que el maíz de un día para el otro se disparó al doble de su valor y eso fue terrible para los tambos”, sintetizó.
Acerca de las estrategias que recomienda en este contexto, Quintana expresó que “trataría de emparejar silo en base a pasto y trataría de preservar las mejores vacas en producción, en todo lo que tiene que ver con eficiencia de conversión. Se trata de buscar la máxima eficiencia y aguantar”.