Sergio Massa prometió que no iba a repetir el dólar soja, pero a los tres meses lo repitió y está vigente hasta fin de año. Consciente de que la suba artificial de la soja dañaba a muchos otros sectores productivos, el ministro prometió compensaciones para los cerdos, aves y leche, que deberían haberse anunciado la semana pasada pero se demoran sin mayor explicación.
Sergio Massa, a mediados de noviembre, prometió que aplicaría un dólar especial para las economías regionales, de modo de inyectarles mayor competitividad exportadora. Pero cuanto tomó conciencia de que la medida era inaplicable y poco efectiva, desactivó esa línea de trabajo y prometió retoques a través de subas de retenciones y reintegros. Pero pateó la pelota recién para el primer bimestre de 2023.
Pocos días antes de la segunda promesa de su ministro, el secretario de Agricultura Juan José Bahillo, que es productores lechero y fue también ministro de la producción de Entre Ríos, una provincia lechera, mantuvo una reunión con dirigentes lecheros de la Provincia de Buenos Aires, que le reclamaron por una baja de las retenciones a las exportaciones de leche en polvo, que deprimen el precio que ellos cobran de la industria. Bahillo prometió contestar sobre esa posibilidad en diez días. Fue el 11 de noviembre. El plazo ya pasó y no hubo ninguna respuesta.
Así están las cosas en la cadena láctea: los días se consumen en amagues permanentes mientras Massa y su equipo ganan tiempo, y mientras se vuelve a hablar del cierre de tambos como consecuencia de una combinación de factores difíciles: ingresos en pesos que van más lento que la inflación, costos en dólares, una sequía que obliga a los tambos a reforzar los gastos en alimentación y un gobierno que además vuelve a complicar las cosas para los lecheros, con la aplicación del dólar 2.
Massa y Bahillo se desviven prometiendo medidas de alivio para la lechería, pero los días pasan y la situación de muchos productores, grandes, mediados y chicos, se agrava de modo preocupante.
En este contexto no asombró que una reunión citada el miércoles por los ministerios de Agro y de Industria de la provincia de Córdoba, que es una de las más lecheras, tuviera una convocatoria casi perfecta de todos los sectores involucrados en la cadena. Los hubo de todos los colores y todos los segmentos: industrias, ruralistas, cooperativistas y funcionarios. No hubo fisuras: todos coincidieron en la preocupación.
Se decidieron varias cosas, pero las dos más importantes están referidas a los anuncios que Massa y Bahillo hicieron y no han cumplido. Es decir, en primer lugar hubo consenso en deplorar la aplicación del dólar soja recargado, que implica una suba inmediata de los costos para la lechería y también para los productores que deben pagar arrendamientos, que son muchos y usualmente los más pequeños.
“El daño ya se hizo”, resumió un productor presente en la reunión, donde se decidió reclamar a la Nación por las compensaciones o subsidios prometidos como reparación a la suba de costos provocada por Massa y el Banco Central.
Pero la mayor de las demandas será en materia de retenciones. La leche en polvo tributa desde hace mucho tiempo un 9% y los quesos un 5%, y todo ese es dinero que las industrias exportadoras restan al valor pagado a los productores por la leche. En esta emergencia, con la sequía haciendo estragos sobre los campos y agotando las reservas forrajeras, hay coincidencia generalizada que esa pata (unos 200 millones de dólares anuales) deben regresar de inmediato a la cadena.
“No hay justificativo para que la leche en polvo y los quesos sean penalizados con retenciones. La lechería para Córdoba es una economía regional y vamos a trabajar para fortalecerla”, declaró el ministro Sergio Busso, al establecer un petitorio que reclama la eliminación de ese tributo (el argumento para hacerlo es justamente que la lechería sea considerada una economía regional), y la convocatoria urgente al Consejo Federal Lechero para tratar la emergencia, entre varias otras medidas.
Este posicionamiento seguramente hará crecer la presión sobre Massa y Bahillo para que cumplan con sus promesas. De hecho, la primera decisión tomada en esta reunión fue convocar a los productores, industriales y sobre todo funcionarios del resto de las provincias lecheras a meter presión sobre el Ministerio de Economía. Con Santa Fe, donde gobierno Omar Perotti, será más sencillo cerrar filas. Pero las cosas podrían dificultarse con la Buenos Aires de Axel Kicillof, con La Pampa de Sergio Zillioto, y con la Entre Ríos de Gustavo Bordet y… Juan José Bahillo.
La lechería también podría ser punto para que vuelvan a colisionar los intereses de Massa con los de la Mesa de Enlace. Es evidente que desde las reuniones secretas de agosto pasado, las entidades rurales le han otorgado al ministro una visible tregua, pero que la paciencia se está agotando, en especial por estos idas y vueltas casi esquizofrénicos del equipo económico.