Un poco insatisfechos con las organizaciones rurales existentes, los productores lecheros de Entre Ríos decidieron rearmar en diciembre de 2023 la antigua Caproler (Cámara de Productores de Leche de Entre Ríos). Su actual presidente es Sergio Borré, dueño de un tambo de los casi 800 que existen en la provincia y al igual que sus pares revindica esta instancia “netamente lechera”, que se reactivó para tratar problemáticas reales como la necesidad de contar con un laboratorio de análisis en el territorio, además de gestionar que los bancos otorguen líneas de créditos adaptadas a la actividad tambera en particular. Entre otros viejos pedidos como tener una óptima red vial.
Según Borré, la flamante Caproler también tiene entre sus prioridades de trabajo, promover las buenas práctica agropecuaria a través de procesos de capacitación de personal vinculado a la actividad y los dueños de establecimientos.
“Tenemos un montón de objetivos a trabajar y la impronta de la Cámara nueva es gremial y empresarial. La parte nuestra es una empresa y dentro de toda empresa tenemos problemas diarios. Estamos dentro de un pantano, tenemos problema económicos, problema de clima, pero no dejamos de ver el futuro”, dijo Borré en su diálogo con Bichos de Campo.
En la localidad de Don Cristóbal, del departamento Nogoyá, el dirigente insiste -junto a su esposa- en sostener el tambo que heredó de su abuelo, totalmente convencido de que la actividad lechera en Entre Ríos tiene mucho para dar todavía. En la zona, abundan los tambos familiares, de 100 y 150 vacas que pastan en campo propio y, con un rinde promedio de hasta 2000 litros por tambo. Además de contar con una industria láctea de grandes fábricas, como La Sibilia, y otras pymes emergentes con capacidad para recibir estas producciones.
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“Yo estoy convencido que es una excelente explotación y que el problema más grave no está visualizado en la parte gubernamental. Es decir, no se le presta la debida atención al sector lechero, porque es una actividad que estamos los 365 del año y damos mano de obra todo el año. Debe ser una de las pocas empresas que estamos constantemente produciendo. Y a pesar de los precios, el productor tambero sigue invirtiendo”, aseguró Borré
-Muchas veces los lecheros no piden ayuda, y otras veces y les cuesta mucho organizarse gremialmente para pelear por lo suyo. ¿Caproler viene un poco a romper con esto? – le preguntamos.
–Nosotros decimos que solos no vamos a hacer nada. Pero si tenemos un grupo compacto, firme, parejo y tiramos todos, más allá de los problemas que tengamos puertas adentro, como cámara tenemos que hacer valer nuestro producto. Nosotros como productores, muchas veces trabajamos muy bien de puertas adentro, pero nos olvidamos que lo estamos produciendo es alimento y no lo continuamos, no continuamos la comercialización hacia la industria. Entonces eso también falta, que el productor diga vamos a sentarnos con la industria, vamos con el mercado a ver cómo nos pueden pagar un litro de leche. Yo no me voy a quejar de un litro de leche.
En un escenario ruinoso para los tambos, este año la exportación sería el salvavidas de la lechería
Pese a la larga lista de problemas que enfrenta a diario la lechería argentina en general y los productores entrerrianos en particular, Borré se muestra optimista y rescata todo lo que se innovó en tiempos de sequía. “Trabajamos bien en genética, tenemos una vaquilla para hacer hasta 6000 litros de leche. Tenemos un ternero, un descarte y estos años de sequía también hemos podido ser eficientes”, terminó diciendo.