El gobierno argentino corre una carrera contra reloj para hacerse de agrodivisas antes de que un volumen enorme de la cosecha “vieja” empalme con la “nueva”.
Al pasado 22 de enero –último dato oficial publicado este martes– las ventas de soja 2023/24 sumaban 37,1 millones de toneladas, una cifra equivalente al 73,9% de la cosecha total del presente año (50,2 millones de toneladas según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires).
Se trata de un número, en términos relativos, bajo considerando la historia reciente, dado que es más de siete puntos inferior al promedio registrado entre los ciclos 2018/19 y 2021/22. Las campañas 2017/18 y 2022/23 no son comparables porque fueron afectadas por desastres climáticos.
Si se considera el volumen de las ventas realizadas con precio abierto que están pendientes de fijación (4,32 millones de toneladas) y los contratos abiertos en el Matba Rofex de futuros y opciones de Soja Rosario del ciclo comercial 2023/24, es factible advertir que unas 17 millones de toneladas de soja del presente ciclo comercial no tienen precio hecho.
Mientras que los empresarios agrícolas más profesionales realizaron en 2023/24 coberturas comerciales y gestiones financieras que les permitieron obtener importantes diferenciales, existe una proporción significativa de pequeños y mediados productores que quedaron al margen de esas oportunidades y ahora deben hacer frente a tenencias de soja con valores inferiores a los presupuestados.
Esa realidad, advertida desde Bichos de Campo oportunamente como un auténtico “Titanic”, representa una amenaza tanto para el sector agrícola argentino como para la economía en su conjunto, dado que el campo es el principal proveedor de divisas del país.
Para agilizar las fijaciones y la venta del enorme remanente de soja 2023/24, el gobierno nacional está buscando implementar un régimen de rebaja temporaria de retenciones, el cual, si resulta efectivo, podría mejorar los precios ofrecidos por la oleaginosa.
El apuro del gobierno es también estratégico, porque a partir de marzo comienza la “temporada alta” comercial de la soja brasileña, lo que podría –en un contexto de alta oferta– deprimir los precios FOB regionales del poroto.
Adicionalmente, ese escenario desfavorable se potenciaría si el volumen gigantesco de stock remanente de soja argentina “vieja” colisiona a partir del mes de marzo con el ingreso al mercado de la soja “nueva” 2024/25.
Es decir: en el ámbito regional se está cocinando una tendencia bajista muy sólida para la soja que podría transformarse en una “picadora de carne”, especialmente luego de que el presidente Donald Trump optara por no confrontar comercialmente con China para evitar la imposición de aranceles contra productos agroindustriales estadounidenses.
Quién tituló éste artículo no conoce al productor. Y del negocio mmmmmmmmmmm
La única manera para que quienes atesoran poroto de soja aceleren sus ventas, es quitar fuertemente las retenciones PERO POR PERIODOS NO MAYOR A LOS 45 DIAS.
Tiene que haber una zanahoria grandota, pero a corto plazo. Al menos deben bajar 20 % desde febrero al 15 de Marzo, o hasta fines de Marzo
TODOS quienes piden quita de retenciones deberían hacerse ésta pregunta ….Si ya mismo el gobierno las quitara totalmente y para siempre…¿ Por qué razón los sojeros apurarían las ventas, si ya al chancho lo tienen agarrado de los pelos ?????????
Se les terminó la joda a los que vivian de la bicicleta sojera, se avivaron los chinos.
Si quieren ganar dinero prueben trabajando.