La Cooperativa de Arroceros de Villa Elisa en Entre Ríos tiene 46 años y llegó a tener 150 socios que sembraban el arroz. Pero perdió al 70% de ellos, ya que por los altos costos o la poca o nula renta del cultivo se pasaron a la ganadería. Hoy quedan solo 50 arroceros asociados a la entidad, que vende en el mercado interno con la marca Noble.
Por esa reducción en el número de productores, y en definitiva en la cantidad de materia prima necesaria para el funcionamiento del molino arrocero, la cooperativa debió comenzar a producir sobre 3 mil hectáreas propias en Santa Fe, que se sumaron a otras 2.500 que produce cerca de Corrientes, donde tiene a mano el agua para riego de los ríos Corrientes y Paraná.
Este año, el clima y la falta de incentivos está complicando la siembra de un cultivo que requiere tener los campos inundados durante los primeros 100 días del ciclo productivo.
Al respecto, Eladio Lugrin, arrocero y directivo de la cooperativa, dijo: “Estamos ante un faltante de agua importante. Tengo una estadística de lluvias desde el año 1930 y este es uno los que menos llovió desde entonces. Estamos hablando de 680 milímetros, cuando la media es de 1200. Caen lluvias esporádicas, pequeñas, que las devora el sol inmediatamente”.
Escuchá la entrevista con el productor arrocero:
Además de la cuestión climática, complica la situación el alto costo productivo. “En la zona de Villa Elisa se riega con agua de pozo y se gastan 500 listos de gasoil por hectárea, lo que tiene un costo de 115 mil pesos. Esto equivale a 5830 kilos de arroz, cuando el rinde en la provincia es de 6500 a 6800 kilos de máximo. Por eso queda poco margen”, explicó Lugrin.
Por ese alto costo de la electricidad es que se fueron perdiendo productores de arroz en Entre Ríos y el cultivo se fue concentrando en empresas más grandes y con más espaldas financieras. Hoy la m,ayor parte de la superficie implantada con el grano está ubicada en Corrientes.
En Villa Elisa, donde está radicada la cooperativa y su molino, se siembra con agua de pozo. El faltante de agua, a pesar dfel elevado costo, se siente allí menos que en Corrientes, donde el riego es por represas. Según contó Lugrin, ahora esos diques cuentan con la mitad del agua necesaria. Por eso calcula que caerá mucho la producción en el ciclo 2020/21.
Esta menor producción proyectada se combina con un incremento del consumo y de la demanda mundial por lo que cree que el año que viene podría haber un problema con la disponibilidad del producto. En rigor, este año complicado las buenas noticias vienen por el lado de los mercados, ya que hay un repunte en el consumo doméstico y por otro lado mejores precios internacionales para ese cereal.
Con respecto a la mayor venta de arroz en el mercado local, el cooperativista estimó que “aumentó 50% el consumo”. Según el seguimiento que hace de las estadísticas, se consumieron 670 mil toneladas a las hay que sumar 40 mil destinadas a semillas para la resiembra y quedan para exportación 540 mil toneladas”.
Además de aumentar el consumo también se tonificó el mercado mundial. “El arroz al productor se paga entre 20 y 24 dólares, cuando siempre valió entre 15 y 20 dólares” por saco. El problema es el famosos costo argentino “que nos achica la ganancia. Pero en este momento tiene buen precio el arroz”, tanto que Uruguay (que también es un país exportador) está vendiéndolo más caro que los Estados Unidos, en un hecho histórico para el mercado.
Argentina, por h o por b, no aprovecha tanto estas condiciones.