Pedro Borgatello es un productor agropecuario de origen cordobés que en 2003 decidió hacer ganadería en la parte norte de la Argentina, justo después de recibirse como veterinario. Actualmente es el director de la raza Brangus, adaptada a los climas cálidos de esa región.
Una de las razones por la que Borgatello califica de compleja la actividad en esta zona, aunque asegura que es el condimento principal, que los obliga a ser unos ganaderos “más ordenados”.
“Acá tenés que ordenarte y programarte, porque nosotros tenemos una estación de lluvia que va -con suerte- desde noviembre hasta marzo o abril. Después sabemos que no nos cae una gota. Así que todo lo que producimos de forraje lo producimos en esa época y tenemos que administrarlo el resto del año”, contó el productor a Bichos de Campo.
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En este proceso de producir y conservar el alimento para el ganado, Borgatello explicó que la prioridad son las vacas madres. “La vaca debe tener la mejor condición corporal, ese es el secreto del éxito. Después es importante tener reservas para la época de aparición. Imagínate que acá los servicios son enero, febrero y marzo, o sea, están totalmente corrido a los servicios de la Región Pampeana, que es en épocas más primaverales”.
Y añadió. “Acá tenemos el pico de parición entre octubre y noviembre. En un año normal se esperaría que haya algo de rebrote en esa época, pero muchas veces eso no pasa. Entonces tenemos que tener reserva para cuando la vaca está pariendo”, puntualizó Borgatello.
Sin embargo, entre tantos contratiempos, para le profesional la ganadería del norte tiene una supuesta ventaja, que en realidad es el resultado de una limitación, la lejanía de los puertos. Por eso el maíz producido en general no se exporta sino que se trata de emplear como alimento animal y se consigue a un precio más económico que en otras zonas del país. En caso de trasladar el grano hacia la terminal portuaria rosarina, por ejemplo, se consumiría cerca del 40% del valor bruto del valor del producto.
Al respecto,dijo el ganadero: “Tenemos un maíz más barato que en la región núcleo. Entonces nos conviene todo ese kilo de maíz hacerlo kilos de hacienda, kilo de novillo, kilo de vaca. Se hace mucho picado de maíz y se guarda mucho maíz, se guarda soja y todo lo que se pueda necesitar para el invierno”.
Con este panorama, el ganadero resalta que la única salida del ser productor agropecuario del norte es ser ordenados a la hora de producir, de lo contrario la actividad no le sería rentable. Por ejemplo una de las exigencias de la carencia de pastos, por la escasez de precipitaciones es trabajar, tal cual maquinaria de reloj, en la suplementación para la recría.
“La ternera que va a ser nuestra futura madre estará desarrollándose fundamentalmente durante el invierno. Todos sabemos lo importante que es que se desarrolle bien en esa época, justo es el momento de menos oferta forrajera. Entonces en general hay mucha empresa grande en esta zona que hace el ciclo completo y son muy ordenados. Y entre los productores medianos a pequeños, al que no es ordenado no le va bien”, sentenció.
Para Borgatello, la introducción de las razas sintéticas en esta zona de la Argentina, ha sido otro gran secreto del éxito. Sobre todo ha sido la forma de dejar de costado aquella ganadería de subsistencia de hace 20 años atrás. Pero, al mismo tiempo reconoce que falta mucho para seguir desarrollando la actividad, principalmente en infraestructura. Este ganadero sueña con un país más federal, por lo menos en este aspecto.
“Además de frigoríficos cercanos, necesitamos más infraestructura, por ejemplo trenes que puedan llevar la producción y abaratar los fletes. Obviamente tener mejores condiciones y previsibilidad, que es lo que necesitamos todos los productores del país. Yo creo que eso es integrarse más al resto del país, sentirse más integrado y no del pico para afuera, sino con hechos de bajar ese costo tremendo que tenemos hacia el puerto”, insistió el productor.