Los efectos de la seca y de la consecuente falta de pasturas se siguen sintiendo en la cadena ganadera.
Los criadores anticiparon la salida de terneros y de vacas. Las vacas descartadas fueron a la faena y por eso las hembras representaron el mes pasado el 47% del total enviado a los frigoríficos.
Los terneros, en cambio, terminaron mayormente en el engorde a corral. Si bien en los remates hay recriadores comprando, su participación en el negocio cayó por la falta de pasturas y al mismo tiempo creció el encierre en los corrales.
Si el mes pasado, según Senasa, se registraban 1,6 millones de vacunos en los engordes intensivos, este mes ese valor subió a 1,8 millón de cabezas lo que significa un crecimiento de 13%. Esto habla a las claras de las necesidades de contar con un destino para la hacienda ante la falta de pasto. Los feedlots tienen en este momento 3,4% del stock nacional bovinos, que se ubica en 53,4 millones de cabezas.
De todo lo que tienen los feedlots, cerca de 1 millón de vacunos entraron en el último trimestre del año pasado y otros 900 mil ingresaron entre enero y marzo de este año. Estimando un período de engorde 4 meses y sabiendo que el ingreso de ganado sigue firme, queda claro que la oferta de hacienda liviana para la faena está garantizada por varios meses.
Del total encerrado en los feedlots el 84% es hacienda liviana y sólo 10% son novillos. La mayor parte de la hacienda se encerró con kilajes bajos por lo que saldrá a venta también con pesos de novillitos o vaquillonas, ya que no hubo recría.
Esto significa más oferta de vacunos en los próximos meses pero no el mismo crecimiento en cuanto a la oferta de carne. Esto afectará también a la industria frigorífica ya que faenará más, eso es positivo para ese sector, pero con menos productividad por unidad.
Se deberá insistir con la instalación de barreras sanitarias, de las que carecen la mayoría de las granjas.
Muy buena la nota