Los productores del norte del país están algo desorientados y se empiezan a sentir desilusionados. Apoyaron masivamente a un gobierno que gritaba “Viva la libertad, carajo”, y que se suponía iba a hacer todo lo posible para que la libertad se transformara en la posibilidad concreta de producir y comercializar sin trabas, pero se encontraron con la repetición de medidas que lo impiden, al menos por ahora.
Los afectan fuertemente la intención oficial de llevar los derechos de exportación (DEX) de todos los productos que exporta el sector al 15% (salvo algunas economías regionales) y la desregulación del mercado de los combustibles, que impactó de lleno en los valores del gasoil y los fletes, sumado al efecto nocivo de una inflación que se acelera.
Por eso desde Apronor, la Asociación de Productores del Norte, enviaron una carta al secretario de Agricultura, Fernando Villela, para que se revea la suba de retenciones a los agricultores de las provincia de NOA y NEA. Era lo mismo que pedían en tiempos de Cristina Kirchner, ya que no es lo mismo producir soja y maíz cerca de los puertos que hacerlo a más de 1.000 kilómetros de distancia.
Gonzalo Blasco, presidente de la entidad, dejó en claro en una entrevista con Bichos de Campo que para el Estado ese incremento en la recaudación no sería significativo, pero sí complicaría muchísimo a los productores de la región, que vienen además de una seca que los dejó muy golpeados.
“Si sumás las 11 provincias del NOA y NEA, vos tenés más o menos un 9% de la producción nacional de maíz. Así que esos 3 puntos (de aumento de retenciones de 12% a 15%) para este cultivo, para un porcentaje nacional tan bajo, la verdad que no tiene sentido. Pero a nosotros nos complica bastante porque tenemos números muy finitos, tenemos costos elevados de flete, estamos siempre arriba de 800 kilómetros del puerto, y hasta 1.400 kilómetros. Y la producción acá, como tenemos otras condiciones agroclimáticas, es totalmente diferente a la de la zona pampeana”, afirmó el dirigente.
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Blasco no puede ocultar su desilusión por estas intenciones oficiales tan parecidas a las políticas de los últimos gobiernos, así como tampoco por la representación gremial nacional del sector.
“Nadie tendría que pagar derechos de exportación, pero este es un mecanismo perverso que ya se ha instalado y por el cual el sector lleva pagando algo más de 200 mil millones de dólares (desde 2002)”, recordó Blasco. Y se quejó de “la pasividad de muchas instituciones que representan o dicen representar al agro, pero que rápidamente acuerdan. Pero nosotros no, este reclamo es un pedido de los socios. En Apronor sus dirigentes son los primeros que sufren las medidas, porque somos productores”, aseguró.
Luego indicó que muchas veces las gremiales del campo “se sientan y hablan en nombre de todos los productores del país, y por ahí no tienen en cuenta estos problemas que sufrimos nosotros en estas distancias o en estas latitudes. Entonces nosotros queremos asumir un rol protagónico y un mandato de la gente de reclamar por estas cosas”.
En el análisis de situación en momentos en que el gobierno de Javier Milei está cumpliendo su primer mes de gestión, Blasco añade a la intención de suba de retenciones otro factor que complica mucho a los productores del norte: la desregulación y consecuente suba de los precios del gasoil, insumo clave tranqueras adentro pero sobre todo para el traslado de mercadería a puertos y centros urbanos. Este movimiento resta mucha rentabilidad y competitividad a las provincias extra-pampeanas.
“Lamentablemente nos toca sufrir más de lo mismo, son las mismas políticas, y en algunos casos un poquito peor”, que en los gobiernos kirchneristas, se lamentó el dirigente.
“Lógicamente el precio del combustible, la media mundial del litro de combustible, es 1 dólar. Somos conscientes de que no se puede subsidiar. Pero sucede que te desregulan todo, te aumentan las retenciones y en un mes más con esta inflación el tipo de cambio va a estar atrasado. Ni siquiera se ha igualado ni se ha terminado esa brecha, todavía hay un porcentaje alrededor del 30% de brecha cambiaria que le ha hecho tanto mal a las economías regionales”, se explayó el dirigente de Apronor.
Otra medida heredada de gobiernos kirchneristas fue la de aumentar la tasa de interés de los créditos de bancos oficiales para los productores que conservaran más del 5% de su cosecha de soja. o impedir directamente el acceso a esa financiación si se guardaba ese mínimo de la cosecha. Se trata de una medida coercitiva y contraria a cualquier idea de libertad esgrimida en la campaña por el presidente Javier Milei.
“Por seis meses más han renovado el tema de que los productores que tengan más de 5% de stock de soja paguen una tasa diferencial respecto a cualquier otro sector. Una tasa más alta del interés en el caso de tomar un crédito. Otra medida del kirchnerismo y altamente discriminatoria para el sector”, enfatizó Blasco.
Con respecto a esta cuestión, graficó el impacto de este modo: “Imaginate si el productor no se va a defender aguantando un poquito la mercadería. Lo tiene que hacer porque nos regulan mucho, pero a nosotros solo. A los otros sectores que trabajan con nosotros por ahí no los controlan. Entonces, bueno, el productor de alguna manera se tiene que defender”.
Por eso explicó que “la semana pasada el FAS teórico de soja daba 300 mil pesos y nos pagaban 260 mil. Ahí hay una distorsión, una transferencia a la industria”.
Entonces, en este contexto en el cual los costos suben, donde también podrían aumentar los derechos de exportación y además se mantiene la brecha cambiaria, el productor no tiene otra alternativa que cuidar lo que cosecha como forma de resguardarse.
“Varias veces en el Banco Nación cuando me decían ´Blasco usted tiene más o menos un 15% todavía de stock de mercadería, no le vamos a poder dar un crédito´. Y yo le decía a mí oficial de cuenta: la verdad que si yo tuviera menos del 5% usted me tendría que correr del banco porque me tendría que decir ‘Blasco no le podemos dar crédito porque usted no es solvente, no tiene un peso y estamos en el mes de junio, acaba de cosechar’. Entonces son cosas que no tienen ningún sentido, siguen siendo discriminatorias y son viejas recetas del kirchnerismo que no han funcionado”, cerró el dirigente tucumano.