Mientras se lleva adelante una nueva edición de la exposición Nuestros Caballos, en el predio de la Sociedad Rural en Palermo, un reclamo de ese sector ganadero vuelve a resonar con fuerza. Se trata de aquel que busca discutir la alícuota que se aplica a la venta de caballos, que duplica al porcentaje abonado en la venta de ganado bovino.
El tema no es nuevo, si no que se remonta al gobierno de Mauricio Macri, cuando se modificó la ley 17.117 de 1967. Aquella declaraba de interés nacional la crianza de caballos destinados a fines deportivos, de trabajo y de defensa nacional, y eximía a la actividad del pago de impuestos nacionales sobre los beneficios derivados de su explotación o comercialización, dentro del mercado interno.
Con los cambios introducidos por la ley 27.430, la crianza de caballos para las mencionadas actividades quedó gravada por el impuesto a las Ganancias y al Valor Agregado, y comenzó a tributar una alícuota del 21%, el doble que la abonada por los bovinos (10,5%).
“Cuando Macri saca la exención, fuimos a quejarnos desde la Cámara de la Industria Nacional Equina, pero no hubo caso. Era más que nada por la distorsión que esto genera. Tenemos que decir que la cría del caballo, en general, es más pasional que por motivos económicos, y genera arraigo y fomento de oficios. Hay un estudio del Jockey Club, que debe tener unos 10 años, que dice que la industria equina emplea más mano de obra que la industria automotriz”, dijo a Bichos de Campo Raúl “El Turco” Etchebehere, ex presidente de la Asociación Criadores de Caballos Criollos y director de Registros Genealógicos de la SRA.
“Con arriba de 20 razas, el número de cabezas en el país varía de 2,5 a 3,5 millones. La inmensa mayoría no están inscriptas, y la actividad, como todo, está un poco deprimida. Repito, esto es más pasional que económico y el régimen del 21% genera distorsión. Hay cuestiones donde vos debés fomentar de alguna manera, porque hay que sacar el mito de que criar caballos es para ricos. Si mirás el aparte campero que se hace acá, ves gente de toda clase y condición económica”, afirmó el criador a continuación.
Estos son algunos de los argumentos que se elevaron desde la Asociación de Fomento Equino al ministro de Economía, Luis Caputo, con quien se espera una pronta reunión. Pero además de la cuestión impositiva, también se hizo referencia a los costos de mano de obra y a la informalidad que muchas veces se da en el sector.
En conversación con este medio, Carl Fuchs Facht, presidente de esa asociación, señaló: “Es importante que nos escuchen, porque nos parece importantísimo que se transparente la mano de obra en el sector. La informalidad hoy se da por cargas sociales astronómicas, y tenemos que pensar que en este sector se trabaja mucho por temporadas”.
Respecto de la presión tributaria, sostuvo: “Cuando un criador está vendiendo y tiene que pagar el impuesto a las ganancias, como sucede hoy, lamentablemente no le es negocio a él ni al país, porque son divisas que después no entran. Está pasando lo mismo en el resto del mundo. El negocio se está resintiendo, lo que hace que los márgenes sean cada vez más chicos. Tenemos que ser muy cuidadosos en todas las operaciones. Por eso queremos posicionarnos al nivel de los bovinos. No hay que olvidar que el sector agropecuario emplea entre el 39% y el 42% de la mano de obra del país”.
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Aún con distintas charlas entabladas con autoridades y numerosas cartas presentadas, Etchebehere reconoció a Bichos de Campo que “nunca el mejor momento para hablar de esto”.
“La cuestión impositiva ahora es un tema álgido y hay un montón de cosas a atender. Nunca es el mejor momento para pedir una rebaja, pero hay que entender que estas cuestiones pasan por otro lado”, remarcó.
-¿Cómo sentís que se puede quitar el mito de que esta actividad no es para ricos?- le preguntamos.
-Se resuelve desde comunicar. Es el mismo mito de que el campo es la oligarquía. Eso dejó de estar hace un siglo, pero vende bien para algunos. Los productores son profesionales, es gente común. Anda a ver cuántos oligarcas tenés ahí. Tenés desde dueños de bancos que crían caballos, hasta gente humilde que tiene juntas porque se divierte, porque le apasiona, porque andar a caballo es la mejor cosa que existe sobre la tierra.
-Sí es cierto que en otros sectores, cuando se reclama por una rebaja impositiva, el argumento es que muchos productores corren riesgo de quedarse fuera de la actividad. Acá el reclamo no pareciera ser ese.
-No, acá el reclamo no pasa por ahí. Sí pasa por el hecho de la distorsión. Con 21% más de costo, comprar un caballo para muchos se vuelve imposible. Por eso me parece que hay que dimensionarlo en función de lo que es. Esto genera arraigo, oficios, que animales lleguen a esta exposición desde Salta y hasta Santa Cruz mueve el transporte, etc.