Los números oficiales dan cuenta de cuánto se está agravando la situación de los productores de leche, en parte por el dólar soja, la herramienta financiera lanzada por el mismo gobierno para incrementar las reservas.
Esta incongruencia está dada por el valor de la mercadería que entregan los tamberos a las industrias, que en agosto fue de casi 53 pesos por litro. El incremento respecto de julio es de 4,7%, cuando la inflación de agosto fue del 7%.
De acuerdo a estudios del propio INTA, da cuenta que en los últimos meses no se logró cubrir el costo promedio ni la retribución al capital. El cálculo de sus técnicos indican que para hacer un litro de leche se debió desembolsar 50,22 pesos, mientras que para agosto ese costo subió al menos 7% y además a cobrar en septiembre, cuando ya corre la inflación de este mes que sumaría otro 7% a los costos.
Al sector tambero la devaluación del dólar con el que se liquidan las ventas de soja, que forma parte esencial de las dietas en los tambos, le pegó duro.
El aumento del valor de la soja, y en consecuencia del costo de la harina de soja fue notable y eso repercutió en el de las dietas de las vacas, que aumentaron 10%, según explicó el consultor Marcos Snyder.
En ese sentido el especialista describió: “En los tambos que administro, el costo de la alimentación antes del dólar soja era de 14 litros por día, y ahora gastamos 15,5 litros por día por vaca, ya que aumentó también el valor de otros subproductos como la cascarilla de soja y el expeller de soja”.
La cuestión es alarmante para el sector, ya que según Snyder, “el impacto es violento y encima va a repercutir en el valor de los alquileres medidos en quintales de soja que se rigen por la pizarra, y pizarra hay una sola”.
El problema no se acaba ahí para los tambos. La sequía complica la producción de pasturas y en esta primavera se va a necesitar más maíz para suplementar a las vacas, pero se teme por su normal disponibilidad.
Es por esto que los productores que aprovecharon este mes el mejor valor de la soja, ahora postergan la venta del cereal y por eso se podría reducir su oferta y encarecer su valor.