Alejandro Cuz es un productor agropecuario de Misiones, específicamente de San Vicente, en el centro provincial. Cansado de esperar que el secadero de yerba mate Agro Moreno pague la mercadería que le compró, decidió irrumpir en las oficinas de la empresa y estaba dispuesto a prenderse fuego con dos bidones de gasoil si no le pagan lo que le correspondía.
Según explica en varios videos que fueron publicados por medios misioneros, el secadero le debe más de 2 millones y medio de pesos, producto de la yerba mate verde que entregó y el molino no le pagó.
En los videos que circulan del momento, Cuz intenta explicarle a dos empleadas administrativas de la empresa, que está cansado de pedir que le paguen, y que ya no sabe qué hacer. Según lamenta, el último tiempo fue víctima de cheques a largo plazo y sin fondos, lo que dificulta la cotidianeidad suya y de su familia. Cuz, visiblemente afectado por la situación, detalló que necesita llevar a su hijo a un centro de salud y no puede hacerlo.
Manifestando en todo momento que va en son de paz, y que no busca generar violencia, el colono asegura: “Solo quiero que me paguen lo que logré con el sudor de mi trabajo”.
Según relató su sobrino a Misiones Opina, Cuz fue detenido sin ofrecer resistencia, aunque antes vivió momentos humillantes en su intento de cobrar. “Una vez lo hicieron esperar desde las 14 hasta las 20 h, y al final le dieron cheques que después rebotaron por falta de fondos. Todas las veces que fue a cobrar pasó lo mismo: nunca pudo utilizarlos”. Esta cadena de incumplimientos revela una situación de indefensión que se repite entre los pequeños productores, que quedaron a merced de los empresarios con la desregulación del sector.
@cachobarbaro Esto es lo que provocan las políticas de ajuste de Milei. Y la renovación no hace NADA. La desesperación de este productor es la de TODOS los que entregamos nuestro producto y que no nos pagan. Esto NO PUEDE SEGUIR ASÍ!! #milei #misiones #yerbamate #renovacion ♬ sonido original – CACHO BARBARO
Detrás del caso de Cuz se encuentra un problema más profundo: la desregulación del INYM. Al eliminarse el laudo y el precio mínimo de la hoja verde, los productores quedaron sujetos a la especulación de secaderos e industriales, sin mecanismos de defensa frente a la caída del valor real de la materia prima, que muchas veces no cubre los costos de producción, en un contexto de insumos dolarizados, falta de financiamiento y altos costos logísticos.
El uso extendido de cheques diferidos, y muchas veces sin fondos, se ha normalizado como forma de pago. Esta práctica alimenta un ambiente de desconfianza y conflicto permanente en la cadena yerbatera, donde los productores sienten que se los deja “en la lona” y sin respaldo institucional ni legal.
Sentado frente a las empleadas del secadero, Cuz expresó que no tenía otro recurso. “Tengo a mi hijo enfermo, tengo que llevarlo al médico, no tengo un peso”, lamentó, y recalcó que su decisión era una respuesta desesperada al incumplimiento del pago semanal prometido: “700.000 pesos por semana”, según había acordado la empresa.
Según narró La Voz de Misiones Cuz dijo: “Ahora yo tomé una decisión. Voy a salir preso de acá si tengo que salir, pero acá mirá, dos bidones de nafta, yo me voy a sentar acá y me voy a prender fuego acá dentro de esta oficina de ustedes. De acá no me van a sacar a mí, es triste, pero la verdad, yo acá me voy a prender fuego, porque yo quiero mi plata“, sostuvo el colono, al tiempo que alentó a las secretarias a que le tomaran una fotografía y le enviarán al encargado del establecimiento.
“Por favor que le comuniquen a Marco que yo no voy a salir de acá. Que traiga la Policía, que traiga al que quiera traer, pero de acá me van a sacar en cenizas dentro de una caja. Voy a quedar acá para recuerdo para ustedes, pero quiero mi plata”, amenazó Cuz ante la mirada de las trabajadoras.
La situación que atraviesa Alejandro Cuz no es aislada. Desde la desregulación del mercado yerbatero en diciembre de 2023, cuando se eliminó el laudo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), los productores quedaron a merced de la negociación directa con los secaderos e industriales. Esto provocó que el precio de la hoja verde se desplomara y que, en muchos casos, ni siquiera se cubran los costos de producción.
Según estimaciones de asociaciones de colonos, producir un kilo de yerba ronda los $350, pero en el mercado los secaderos pagan entre $150 y $200. El resultado es que la mayoría de los productores trabajan a pérdida, con un fuerte impacto social sobre unas 36.000 familias que dependen de la actividad.
A la caída de precios se suman prácticas extendidas como el pago con cheques diferidos, que en muchos casos llegan a 120 días o directamente rebotan por falta de fondos. Esto genera un círculo de endeudamiento, pérdida de liquidez y conflictos permanentes entre chacareros e industriales.
*Foto de portada: La voz de Misiones