Los precios del ganado con destino a la faena vienen recuperando posiciones luego de un 2024 marcado mayormente por el estancamiento.
En noviembre las cotizaciones pegaron un primer salto, volvieron a subir en diciembre y en el verano se dio un nuevo incremento en los valores.
Desde hace unas semanas los precios están estabilizados. Los novillos se negocian entre 2900 y 3100 pesos, mientras que los mejores lotes de novillitos y novillos se comercializan en 3200 a 3300 pesos el kilo vivo.
Los precios que se logran en el Mercado Agroganadero de Cañuelas son 40% a 45% superiores a los que había en octubre del año pasado, antes de que comenzaran los incrementos y cuando ya se habían acumulado 7 meses de estabilidad.
Claramente, las cotizaciones ganaderas le ganaron a la inflación en los últimos 5 meses y eso ayudó a que casi empaten a la inflación promedio informada por el Indec.
Ese organismo indicó que en el último año la suba de precios minorista de la economía argentina fue de 67% (a eso habría que sumar el dato de marzo), mientras que los valores de la hacienda aumentaron entre 62% y 65% según la categoría.
Estos precios del ganado son consecuencia de la mejora en el poder de compra de cierto sector de la población, y de la reducción de la oferta ganadera que ronda el 10% en el primer bimestre. Para este año, las estimaciones privadas indican que la faena se achicará al menos en 1 millón de cabezas. Eso implica casi un mes menos de trabajo, lo que ya incrementa los costos por unidad producida en la industria.
El año pasado, y también en 2023, la oferta de hacienda fue muy alta, lo que moderó las subas de precios que ahora se hacen inevitables.
El escenario este año se dio vuelta: los ganaderos tienen números positivos tanto en la cría, la recría y el engorde, mientras que las industrias que tuvieron un buen 2024 gracias a la cantidad faenada.
Este año los frigoríficos la tienen complicada porque, aunque el consumo convalide subas importantes en la carne vacuna, deberán trasladar esa ventaja al precio de la hacienda, a menos que los feedlots pongan a disposición y en poco plazo cantidades importantes de ganado.
Eso no parece tan viable ya que, además de haber menos hacienda, está todo dado para el agregado de kilos por el rebrote de pasturas en la recría, y la buena relación maíz-carne.