Si bien la situación climática presente en el Medio Oeste de EE.UU. representa una claro factor alcista para el mercado agrícola, el “telón de fondo” del mercado global de commodities sigue operando en contra.
Este martes los principales índices de futuros de materias primas, integrados por una canasta de commodities energéticos, metalíferos y agroindustriales, arrancaron con fuertes bajas para profundizar la tendencia vendedora iniciada más de un año atrás.
Más allá de los problemas económicos presentes en Europa y EE.UU., los mayores temores están focalizados en China, nación que aún no logró recuperarse del golpe generado por el encerramiento promovido durante la pandemia de Covid-19.
Ayer lunes un artículo publicado por el diario estadounidense The New York Times refleja el preocupante panorama que está registrando en la economía de la nación asiática.
“La inversión en China se ha estancado en esta primavera (boreal) después de un repunte registrado a fines del invierno. Las exportaciones se están reduciendo. Cada vez se inician menos proyectos inmobiliarios. Los precios están cayendo (deflación). Y más de uno de cada cinco jóvenes está desempleado”, señala el artículo.
La mayor parte de los consumidores chinos sigue retrayendo consumos ante la incertidumbre tanto económica como política, algo que, además de afectar la dinámica del mercado interno de ese país, afecta el flujo comercial de materias primas a nivel mundial.
A diferencia de lo que sucede en las naciones occidentales, donde luego del encerramiento los consumidores salieron a intentar recuperar el “tiempo perdido”, lo contrario parece estar ocurriendo en China.
Además de encontrarse ultra vigilados por el gobierno central y de perder más libertades individuales luego del encerramiento –el cual resultó traumático en las grandes ciudades–, los chinos están inmersos en un entorno político cargado de retórica bélica en lo que respecta al objetivo del Partico Comunista de anexar al territorio nacional a la isla de Taiwán, un país democrático e independiente.
En ese marco, el principal sostén del crecimiento de la demanda mundial de materias primeras, el poder de compra de los consumidores chinos, está dañado y no aparenta mostrar signos de una pronta recuperación.
El enorme crecimiento de los precios de los commodities registrado en 2021 se explicó por compras estratégicas promovidas por el gobierno chino para anticiparse al impacto de un evento global disruptivo –que terminó ocurriendo en febrero de 2022 con la invasión rusa a Ucrania– y la compra masiva de futuros de commodities emprendida por capitales financieros con el propósito de resguardarse de la inflación provocada por una súper emisión masiva de dólares y euros durante la pandemia. Pero ambos factores ya no están presentes.