A Gregorio Mancuello y a Aurelia León se les notaba la alegría en las caras: luego de unos años de haber migrado a la Argentina en busca de una vida ¿mejor? y trabajar en el rubro de la construcción, su hijo Catalino volvía al pago. Y no solo al pago, sino a trabajar en la chacra ubicada en el departamento de Caaguazú, a unos 220 kilómetros de Asunción y en el centro norte del Paraguay.
De eso hace ya unos 14 años y actualmente, como siempre, la chacra de 10 hectáreas produce maíz, mandioca, hortalizas y poroto, a la vez que tienen vacas criollas de leche y de carne, cabras, chanchos y gallinas. Y desde hace 5 años también tienen un estanque con tilapias y pacús que alimentan con balanceado y maíz pregerminado.
“Esto se nos ocurrió porque en el Instituto nos formamos para ser autosustentables y la piscicultura viene bien”, explica Catalino, hoy ya con 34 años. “En nuestro terreno nosotros tenemos naciente de agua, así que construí los estanques. Todo lo que producimos es para autoconsumo (somos 8 de familia) y el resto lo vendemos, al igual que con los quesos que elaboramos con lo que dan las lecheras”.
Una particularidad de la chacra (al menos para ojos porteños) es que producen tres tipos diferentes de maíz: el maíz chipá para elaborar harina (llevan la producción a un molino cercano); el maíz tupi sapé para animales y el maíz pichinga para hacer pochoclos.
Los clientes de la familia Mancuello son, lógicamente, los vecinos. Pero también una red de productores agroecológicos que trabaja dentro de la organización Cultiva Paraguay, que a su vez pertenece a una organización internacional llamada Vía Campesina. Y al escuchar la historia de Catalino, todo su recorrido y lo que hace hoy en día, tiene coherencia, ya que su padre y madre, Gregorio y Aurelia, eran dirigentes rurales.
“Cultiva Paraguay nació hace unos 25 años, cuando se llegó a un punto donde todos nuestros vecinos alquilaron sus campos para el agronegocio y lo que nosotros producíamos no se vendía o no valía nada y nos presionaban para que alquilemos y nos fuéramos”, recuerda. “Fue entonces cuando se creó la organización con mis padres y otros productores al frente, fue una reacción a defender la tierra y el arraigo, una reacción ante la cotización y fumigación”.
Como es de imaginar, Catalino además venía con una formación productiva de base. Luego de terminar la secundaria y estar unos años en Buenos Aires, volvió para estudiar en el Instituto Agroecológico Latinoamericano (IALA) Guaraní, una institución que se ideó para formar a los jóvenes hijos de dirigentes y campesinos que no podían ir a la universidad.
“Yo era chico y me acuerdo que cuando los productores se juntaron para defenderse de la fumigación, mi padre y un compañero fueron presos unos días y eso me marcó mucho”, continúa Catalino. “Por eso cuando terminé el bachillerato me fui a la Argentina a trabajar porque sentía que no tenía futuro en la chacra, si total lo que producíamos no valía nada… Estuve dos años allá y justo empezó la capacitación en agroecología en el IALA Guaraní que aceptaba hijos de campesinos para formarse política e ideológicamente y fomentar la producción de alimentos sanos. Cuando me avisaron volví y me recibieron con los brazos abiertos”.
Hoy, además de producir en la chacra familiar, Catalino se desempeña como técnico de un centro de estudios que trabaja con indígenas, los capacita y acompaña en el proceso de producir sus propios alimentos de forma agroecológica.
“El objetivo es que las comunidades indígenas produzcan sus propia comida, mi trabajo consiste en acompañarlos y demostrarles que es posible. Culturalmente los pueblos originarios son cazadores recolectores pero hoy, con la degradación del monte, ellos no pueden alimentarse si no tienen huerta o no crían animales y es todo un aprendizaje”.
“Voy a las comunidades, hago la huerta, los biopreparados y trabajo con ellos, no es solo dar charlas”, enfatiza. “Asisto a 16 comunidades guaraníes que visito cada quince días y este trabajo es clave porque los indígenas son los más vulnerables, son los que menos reciben menos apoyo para desarrollar su chacra… y muchos terminan alquilando su terreno para producir soja y maíz”.
Catalino remarca la importancia de la unión del campesinado en Latinoamérica para no desaparecer. “Hay que unirse a organizaciones y trabajar en conjunto. Si hacemos una mirada satelital estamos rodeados de soja y la gente migra a las ciudades y eso no es la solución porque si no hay trabajo, ¿cómo vas a vivir en la ciudad?, reflexiona.
“La Red de Productores Agroecológicos es un espacio para encontrarse con otra gente que produce de esta manera. Todos los años nos juntamos y llevamos nuestros productos y semillas a una feria que se realiza en Asunción para mostrar todas las variedades que tenemos y que la gente nos conozca y se acerque a comprar”.
-¿Cómo es el tema con las semillas?
-Nos verifica las semillas el Senave, que es el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas. Ahora hay un proyecto de ley para adueñarse de las semillas nativas y criollas y nosotros no queremos dado que nos perjudica mucho porque entonces deberíamos empezar a comprar las semillas a la empresa que tenga la licencia y además, nosotros hemos producido nuestras semillas desde siempre y de buena calidad.
-¿La gente de Asunción se acerca a la feria?
-Sí y preguntan mucho y de todo, les da curiosidad. Nos surgen clientes de alimentos, abonos orgánicos y hasta biofertilizantes, y eso es buenísimo porque cuando un pequeño productor no vende su producto deja de tener sentido cultivarlo. Y lo que queremos como organización es cuidar al pequeño productor y fomentar el arraigo. Yo creo que hay esperanza porque ya se ha demostrado que solo los campesinos somos los que producimos verdaderos alimentos para las personas.
Excelente nota. Una buena forma de ayudar a progresar, dar herramientas para producir. Una buena muestra que en poca tierra se puede subsistir sin tener que migrar a las ciudades a sobrevivir muchas veces en la miseria
Es el proyecto de desarrollo rural sustentable que desde 1990 se intenta desde el estado on tropiezos por ser contaminado por la política. criolla. Todo hombre mujer habitante de esta nación es la fuerza viva productiva que requiere la tierra legal, la capacitación, los servicios básicos y el capital necesario para que con su trabajo haga de esta una nación prospera y feliz
Me da mucho gusto q’la gente se comprometa con estos proyectos…….un muy buen ejemplo para autosustentarse y respetar a la Tierra…,..Adelante y felicitaciones…….
Estas acciones son excelentes para dar valor a los campos chicos y no ser absorbidos por los grandes.en este caso se nota el compromiso y no como en organizaciones que buscan el lucro de sus dirigentes
Un paragua con un terreno de 10 hectáreas a los 34 años anda a pedirle una escritura un boleto de compraventa usurpando de acá a Japón y se lo festejamos , si vino con una mano atras y otra adelante como los miles o millones de extranjeros que dejamos pasar y ninguno paga nada mucho menos aportes viven en una villa cociendo
Cristian. La lectura no es lo tuyo.
La crónica habla de un “paragua” que migró a la Argentina buscando algo “mejor” , tateó el rubro de la construcción y no le fue tan bien VOLVIÓ AL PAGO (lease, entiendase, comprendase que volvió a su país, a su ciudad, a su pueblo) y a la pequeña chacra familiar y es ahí donde pudo realizarse como persona y ayudar a su comunidad y a los más vulnerables, bueno, relee el artículos, pero con más atención. Fuerza!
Vaya.. creo q hay mucho odio por acá.
No tienen nada q ver q te sientas reflejado. Será tu caso pero tal vez no el de la persona¿no? . La nota esta buena .
Yo como argentino siento vergüenza de tu ridículo comentario
Me encantó la historia del muchacho q tardo enos buenos años en darse cuenta q el campo es el sustento de mucha gente pero también el arado no es para cualquiera cuesta aprender a sacar un surco derecho y como dicen el monte no es para la oveja la vida sale de la tierra solo si te detenes a observar el clima del norte al sur es tan lindo y sembra y cosecha cria y producir es eso la vida muy agradecido yde conoser la historia atentamente rosendo larrea
La importancia del apoyo del comocimiento para producir mas y mejor…, como alternativa sustentable a la agroindustria, en la perspectiva de que el hombre de campo no sea marjinado en su pantencialidad de producir alimentos propios y generar economía con la producción, en su entorno y pais. Felicidades Catalino y a todos los que los apoyan.
Muy buena la nota. Lo que me llama la atención es que provoque tantos comentarios auspiciosos de los lectores, cuando en el Nodeste Argentino (NEA) tenemos millares de este tipo de Agricultores Familiares Campesinos. En Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y N de Santa Fe, los registros muestran que 8 de cada 10 establecimientos rurales, tienen este tipo de actividad, con problemáticas similares. Gente que trabaja de sol a sol y produce alimentos para casi el 50% de las mesas argentinas. Y lo hacen con menos del 20% de la tierra, casi sin acceso a infraestructura (caminos, electricidad, agua potable) y, directamente, sin acceso a crédito para financiar inversiones (alambrados, maquinaria agrícola, instalaciones adecuadas, etc).
Y para colmo de sus males, como les ocurre a esta familia, tienen que resistir a los embates del agronegocio que busca forzarlos a vender sus tierras .
Espero que este artículo sensibilice un poco acerca de lo que también pasa en nuestro territorio, puesto que el campesinado es ejecutor de la soberanía, habitando los lugares más inhóspitos y recónditos de la patria, y es quien produce y reproduce el modo de vida local.
Excelente comentario amigo…al menos, es esa misma mirada, la mía; apoyándome en experiencias vividas.
Alimentación agroecológicamente segura es la única manera de asegurar una sociedad sana..
Lo felicito a Catalino y su Familia. Yo también soy paraguaya lo que hace el muchacho es parte de nuestra cultura (la autosuficiencia) hace 38 años que estoy en Argentina y hace 22 que tengo huerta, siempre lo tuve, en la terraza de mi casa no les puedo explicar lo que se puede ahorrar con eso, es más hasta vendo mix de ensalada y hierbas para mates y tragos. 100% orgánicos.
Está bien que hagan, pero conformense que serán POBRES de por vida al no adaptarse al cultivo mecanizado y tecnológico, con tal que no rompan las pelotas y no tengan envidia a quienes dessen producir en cantidad para alimentar al Mundo y generar empleos en la cadena de agronecio está todo bien..
Chavo….que desafortunado lo que decis. El Agronegocio, como lo llamas, son las multinacionales que están destruyendo el planeta: compra o alquiler de enormes extensiones de tierra ( con dinero ilicito), desforestaciones, manipulación de mercados, complicidad con gobernantes a los que coimean…..no les importa nada, no tienen sentido de comunidad……su ley es el dinero y atropellan y destruyen ………y todo para que?????…..para mantener esa minoría de compulsivos consumidores de porquerías………el hombre es el lobo del hombre