José Ignacio Roullion es veterinario, comprador de hacienda y hombre con larga experiencia dentro del negocio frigorífico. Durante una charla en el marco de un congreso ganadero en Rosario, repasó algunas claves para entender qué está pasando hoy con el mercado de la carne bovina, tanto en lo que respecta al consumo como a la reconfiguración empresarial de la industria.
“El consumo viene con una tendencia al aumento, si bien también va acompañado con un aumento de los precios”, explicó. “Veníamos de un piso muy bajo del consumo de carne, pero a partir del año pasado hasta ahora la tendencia viene en aumento y los precios vienen acompañando, quizás un poco menos, pero se ve un aumento también del valor del precio de la carne”, aseguró el experto.
La visión de este analista está apoyada en algunos datos recientes de la propia industria. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo de carne vacuna por habitante se ubicó en 50,1 kilos/año en junio, considerando el promedio móvil de los últimos doce meses. En términos interanuales experimentó un incremento de 5,2%.
Según Roullion, uno de los factores que explican esta recomposición es que “la gente tiene la necesidad de consumir carne y un poco el aumento en algunos sueldos ha acompañado ese consumo y la preferencia de la gente en consumir la carne bovina”. Por eso remarcó que “lo bueno es que fue acompañándose el aumento del consumo, no en forma lenta, no disparada, pero con un poco del aumento del precio también, fueron de la mano”.
Para la industria, al combinar la mayor producción obtenida por la industria con una menor demanda externa, se obtiene un mayor consumo aparente de carne vacuna. Dicho de otra manera, el consumo interno habría resultado 11,8% superior al de enero-junio de 2024.
Cuando se observa qué pasa puertas adentro de esa industria, el escenario también muestra cambios. Roullion señaló que “cuando uno quiere ir a los mercados principales, ya sea el mercado físico de Cañuelas, de Rosario, o a los electrónicos, uno encuentra una escasez de oferta de un animal más liviano”.
Actualmente hay una escasez de animales livianos, en torno a los 360 a 380 kilos, porque gran parte de la hacienda está encerrada en feedlots. Según las estadísticas, hay más de 2 millones de cabezas en esa situación, lo que representa un récord de encierre. Se espera que esos animales comiencen a salir al mercado hacia fines de mes, lo que permitirá recomponer la oferta que hoy está faltando en los corrales.
Respecto a si es un buen o mal momento para la ganadería, Roullion responde: “Para el consumo va a ver cómo se comporta, porque la exportación viene en retroceso. Calculá que de lo que va del año son casi 80.000 o 90.000 toneladas menos de exportación que están haciendo los exportadores que el año pasado. O sea, vienen bajas. Y si bien la producción sigue prácticamente igual, toda esa carne va a ir al consumo interno”.
Por esa razón, advirtió: “Yo creo que se puede hablar de una baja de los precios en este último tramo del año o que se mantengan para después subir como siempre en diciembre, enero o febrero, donde viene el pico”.
En las últimas semanas, la industria frigorífica sumó movimientos que podrían marcar un antes y un después en el negocio de la carne. José Ignacio Roullion también analizó este proceso: “Esto habla por ahí de una reconfiguración de todo lo que es el mercado y parte de los operadores principales donde se ve en esa reconfiguración como una concentración de empresas”.
“Hay pocos grupos que van a tener más que todo acá en el territorio santafesino, una actuación más concentrada”, señaló. Y recordó dos hechos concretos: “Sea la fusión entre Marfrig y BRF, como también esta adquisición que se vio de Grupo Lequio a lo que era una empresa centenaria y tan grande como Mattievich”.
Según su análisis, “se ha conformado un mega actor de la carne, un player que va a tener mucha injerencia también en los precios y en cómo procesa la cantidad de carne que va a llegar”.
Mirá la entrevista completa con José Ignacio Roullion:
Respecto a cómo impactan estos cambios en la diaria del productor, Roullion opinó que “el productor siempre va a seguir produciendo más o menos lo mismo. Lo que tiene que pensar es que todo hoy es en producir kilos de carne, que logre un animal cada vez más pesado donde ese quilaje le represente más plata”.
“El productor tiene que empezar a pensar más en un animal pesado y en kilos carne, para que eso se le traduzca en una rentabilidad más”, sostuvo. Y añadió que se trata de una vieja discusión: “No ir tan a un animal liviano, si bien un novillito de 380 kilos más o menos, que vayan un poco más a 480 kilos, eso se le va a traducir siempre en una mejora económica”.
Finalmente, Roullion remarcó que “el productor tiene que centrarse en la mejora para producir más kilos de carne por animal y en ese momento que tenga un retorno de toda la inversión que hizo, mucho más efectiva, con menos cantidad, moviendo menos recursos humanos, moviendo menos costo, porque un mismo animal que te cargue 480 kilos no es lo mismo que uno más liviano”.