La cuenta que hicieron en CRA es la que sigue: si el campo consumo unos 3 mil millones de litros anuales de gasoil para producir, y ese combustible acaba de subir otro 7%, el equivalente a 6,40 pesos en las estaciones de servicio de la petrolera YPF, entonces el sobrecosto adicional que deberá pagar el sector es de 19.200 millones de pesos (en un cálculo anualizado). Esto, a la vez, equivale a más de 1 millón de toneladas de maíz.
“Es el cuarto aumento en menos de dos meses y medio. YPF sigue avanzando en su intención de financiar sus ambiciosos proyectos de inversión a través del aumento de sus combustibles, forzando así los precios de venta de un insumo sensible y esencial en las distintas cadenas productivas del país”, alertó CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), mostrando la tensión que existe entre los productores cada vez que se corrigen los precios en los surtidores.
En los últimos días, seguida por el resto de las petroleras, YPF aplicó un aumento cercano al 7% en los precios de los combustibles. El gasoil quedó en promedio en 75,37 pesos por litro, lo que equivale a 0,83 dólares oficiales. Si ese fuera el precio final, el agro destinaría cerca de 226 mil millones de pesos para adquirir el combustible. En dólares serían unos 2.500 millones. En maíz, cerca de 12 millones de toneladas, sobre una cosecha total de 45 millones.
Este no ha sido el único aumento del año, y ya se ha anunciado que tampoco será el último aumento sino el primero de varios previstos para esta año. Por eso CRA viene subiendo el tono de sus quejas al gobierno, consciente de que es un socio directo de estos retoques: “En algunos casos, el 47% de lo pagado en la factura de combustible son impuestos”.
“Todo esto seguirá agravando la delicada situación de las pymes, erosionando las cadenas de producción y golpeando el poder adquisitivo, y el bolsillo de la gente. Estos aumentos en la presión tributaria ya no se toleran más y queda de manifiesto cuando se analiza, que incide en cualquiera de los eslabones de la producción y el consumo”, indicó la entidad ruralista.
Luego de calcular el impacto económico de esta última suba, los técnicos de CRA dijeron que “si lo convertimos en maíz, el aumento representa poco más de un millón de toneladas de la presente cosecha y la presión tributaria de ese aumento unas 508.000 toneladas del mismo”.
“En un escenario de sequía, con una cosecha que no será la esperada; lejos de menguar, la voracidad fiscal del Estado no parece tener límites”, opinaron los dirigentes del campo, que consideraron que “esto es un escalón más de incremento a la cuasi confiscatoria presión tributaria que se ejerce sobre todos los sectores productivos de la Argentina”.