Gracias al impulso generado por el régimen denominado “dólar soja”, por medio del cual durante el presente mes de septiembre las cotizaciones de la oleaginosa fueron valorizadas con un tipo de cambio especial, el nivel de comercialización del poroto en el mercado argentino finalmente alcanzó al promedio histórico.
Al 21 de septiembre pasado, según datos oficiales difundidos hoy por la Secretaría de Agricultura, las ventas declaradas de soja 2021722 habían sumado 28,73 millones de toneladas, una cifra equivalente al 65,3% de la cosecha.
Se trata de un nivel equivalente al presente en el promedio del último lustro, sin considerar la situación extraordinaria ocurrida en la campaña 2017/18, donde una sequía generalizada provocó un derrumbe de la producción de la oleaginosa.
Puede decirse ya, con datos oficiales, que el “dólar soja” –por medio del cual se mejoró el tipo de cambio para la actividad en 200 $/u$s– logró el objetivo de acelerar la comercialización de soja, la cual venía muy retrasada hasta la implementación del régimen temporario.
Sin embargo, la clave ahora no es el logro alcanzado, sino poder advertir cómo evolucionará la comercialización del remanente de la cosecha de soja que aún sigue en manos de productores.
Si la cotización interna de la soja, tal como asegura el gobierno, vuelve a partir del 1 de octubre a valorizarse con el tipo de cambio oficial (144,7 $/u$s), entonces las ventas del poroto volverán a hacerse a cuenta gotas hasta fines del primer trimestre de 2023, dado que las empresas agrícolas cuentan en general con liquidez suficiente para poder llegar hasta la próxima fuente de ingresos: el cultivo de trigo y cebada que comienza a recolectarse en el último bimestre del año.
Un gráfico para entender la gigantesca distorsión generada por el régimen del “dólar soja”