Nahuel Ochoa, adjunto del Sindicato de la Carne de CABA e hijo de Fabián Ochoa, secretario de Organización de la Federación Gremial a nivel nacional, pidió a Bichos de Campo poder brindar su versión sobre los hechos sucedidos el martes pasado en el Mercado de Liniers, cuando un comprador de la cadena de carnicerías RES denunció ante la policía la agresión de una supuesta patota gremial que le reclamaba por las malas condiciones laborales de los trabajadores de esa empresa y por su mal encuadre sindical bajo el convenio del Sindicato de Comercio.
El hecho, que en la denuncia policial se caratuló como “amenaza simple”, existió y tuvo como protagonistas a Hernán Crovetto y a un grupo de sindicalistas entre los que efectivamente estaba Nahuel Ochoa. Pero en su descargo, éste negó que el comprador de hacienda de Carncerías RES haya sido “salvajemente agredido” como dijeron algunas fuentes, y mucho menos por su persona.
“La realidad que lo que se está intentando hasta el día del hoy es abrir un canal de diálogo con la empresa RES, que opera en el mercado de hacienda, ante las faltas recurrentes que comete. Varias veces se trató de conseguir este nexo sin éxito. Y lo más cercano que teníamos es este muchacho Crovetto, que es una persona muy correcta de la que no tenemos nada para decir. Simplemente lo que precisábamos nosotros es que nos de una mano para que se establezca un canal de diálogo con la empresa”, admitió Ochoa, que remarcó luego que por este conflicto hay gestiones iniciadas desde 2018.
“Se habla de que hubo una agresión. No la hubo, no es la forma que nosotros tenemos de actuar. Crovetto no fue agredido ni menos por mi, que ni aparezco mencionado en la denuncia. Si aclaro que hemos conversado con Crovetto el día lunes, y luego el martes, pero de ninguna manera hubo una agresión”, enfatizó el gremialista, que pidió disculpas el operador y aclaró que tampoco se le impidió mover la hacienda que había comprado ese día.
En el mismo sentido se manifestó nada menos que el titular de la Federación Gremial de Trabajadores de la Industria de la Carne, Alberto “Beto” Fantini. “Nosotros no trabajamos de esa manera ni queremos que nos tomen como ogros. En esto soy socio de las empresas frigoríficas para que sigan trabajando. Ya está, pasó, nos equivocamos. No tenemos nada en contra del Mercado de Liniers”, aclaró a Bichos de Campo.
Pero tanto en uno u otro testimonio para tratar de bajar los decibeles de este conflicto -que movilizó a la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya) y a otros actores del negocio- se dejó en claro que el trasfondo de la pelea con la empresa NOBS SA, que administra las carnicerías RES, existe y tiene margen de sustento. Por un lado, porque no estaría cumpliendo con las reglas mínimas del buen trato a sus trabajadores, como el pago de los aportes patronales, la jubilación y la obra social.
Por el otro, porque se trata de un reclamo por el encuadre gremial de los carniceros que atienden en esos locales. Tanto para Fantini como para Ochoa queda claro que por la tarea que realizan deberían trabajar bajo el convenio de la Carne y no al Sindicato de Comercio del histórico dirigente Armando Cavallieri.
“Nosotros representamos al trabajador que desposta la carme, y en la carnicería se desposta, se chartea. Eso nosotros lo hemos hablado de todas las maneras con Comercio y lo vamos a seguir discutiendo. Ellos a veces no entran en razón, y lo mismo nos sucede con el Sindicato de Alimentación, que tiene presencia en las cadena de los pollos. Nos les corresponde”, enfatizó Fantini.
De todos modos, el histórico referente sindical aclaró que este conflicto por el encuadre sindical se lleva adelante por los carriles institucionales. “Se lo pedimos de buena manera y que lo hagan de a poco, pero necesitamos que los trabajadores que están en la carnicería, no el que cobra sino el que desposta, pase a pertenecer al convenio de la carne”.
Ochoa también machacó con esta idea: “El carnicero tiene un oficio y hace la misma tarea que hace un trabajador de un frigorífico Ciclo 2 (son los que trocean la carne, pero no tienen faena porpia). Al carnicero le llega la media res y la procesa. Por eso la propia carnicería RES cuando busca un empleado pide que sea un ‘carnicero’ y no un ‘vendedor'”.
-¿Y tanto peor es el convenio de Comercio que el de la Carne?- le preguntamos a Ochoa.
-La primera diferencia es que Comercio permite liquidar la medias jornada, pero con nosotros el trabajador se asegura trabajar 48 horas semanales. En el convenio de la Carne, además, las horas extras no son obligatorias, y si la empresa las paga el trabajador puede decir tomarlas. En cambio, en el otro convenio hoy las hacen por dos pesos con cincuenta y muchas veces ni se las pagan. Es por este tipo de cosas que la empresa no los deja pasarse a nuestro sindicato. Y por la misma razón la negativa de la empresa RES para abrir una mesa de diálogo.
Ochoa añadió que el sindicato capitalino de la Carne respecto de la firma NOBS SA, que dentro de la Ciudad de Buenos Aires es propietaria de 50 o 60 locales RES y tiene otros tantos como franquicia, ha recibido “diferentes denuncias de compañeros trabajadores por falta de pago y trabajo en negro” y que los “aportes de los compañeros hace más de 15 o 16 meses que la empresa no los está abonando”. En total, habría entre 450 y 500 trabajadores en esa situación, con el antecedente de que los mismos dueños de esta cadena “ya han quebrado otra cadena llamada Avicar y están tratando de hacer lo mismo”, denunció.
-¿No se supone que hay mecanismos legales para discutir estas situaciones?
-Se ha recurrido a todos los mecanismo legales. Se han hecho denuncias en el Ministerio de Trabajo de la Nación, en la secretaría de Trabajo de la Ciudad. Lo concreto es que los propios empleados de RES piden una representación gremial que hoy no están teniendo. Y los están presionando entre Recursos Humanos de la empresa y el Sindicato de Comercio hacia una afiliación compulsiva, lo que resulta una práctica antisindical. Mientras tanto, se nos está impidiendo a nosotros conversar con la gente.