Aquí, en la Argentina, la entidad que agrupa a la cadena citrícola (Federcitrus) envió una carta urgente al Ministro de Agricultura y su par de Producción, Luis Basterra y Matías Kulfas. Les reclamó que justo en el inicio de la cosecha, y “a pesar del esfuerzo por mantener las corrientes de abastecimiento doméstico y
exportadora, nos encontramos con numerosas trabas imprevisibles y entendemos no justificadas, tomadas por parte de Intendentes y algún gobernador que han tomado medidas que restringen el tránsito de personal
esencial, de maquinaria y de la cosecha a los centros de empaque o elaboración y su posterior envío a los puertos y mercados concentradores”.
El agro y el coronavirus, a la Argentina.
Desde Chile nos llega un comunicado de prensa de la Federación de Productores de Fruta de ese país (Fedefruta) que muestra una reacción completamente distinta frente a la misma pandemia global: allá a los tractores no les impiden circular por las zonas de producción y hasta los utilizan para cooperar en la campaña sanitaria contra el Coronavirus. En pleno centro de la ciudad capital, Santiago de Chile.
El comunicado de Fedefruta cuenta esta experiencia en la voz de uno de los productores que participó del operativo de “sanitización” organziado junto a la Intendencia Metropolitana con la Municipalidad de Santiago y los bomberos. Se trata de Víctor Catán, un productor de fruta del Valle del Aconcagua y a la vez presidente de la Asociación de Agricultores de Los Andes. Se trasladó desde San Esteban, provincia de los Andes, hasta la capital con tractores y operarios para ayudar en esta campaña.
Primero lo primero. ¿Qué es una sanitización?
Es la aplicación de un sanitizante, que es un químico que reduce el número de microorganismos a un nivel seguro. Por eso aquí no se debe habla de una desinfección común en las calles de Santiago. No se aplicó un desinfectante sino un producto especial para controlar el virus.
“Esta iniciativa salió hace poco más de una semana por una conversación con el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, en la que le propuse que llegáramos con nuestras maquinarias a Santiago, donde más casos de coronavirus existían, y pudiésemos colaborar con la sanitización”, comentó el agricultor y dirigente.
“Era una posibilidad para que el campo ayudara a la ciudad y me contacté con el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, le envíe vídeos de las acciones que habíamos hecho en Aconcagua, en San Felipe, en Santa María. Esto empezó a tomar vuelo y el lunes llama Cristián Allendes, vicepresidente de SNA (Sociedad Nacional de Agricultura, como la Mesa de Enlace local) comentando que lo estaba llamando la Intendencia para llegar con máquinas, por lo que nos sumamos a la SNA”.
Así, la gremial chilena logró reunir cerca de 25 máquinas con nebulizadores en el popular Parque O’Higgins. “El desafío logístico no era menor, pues había que cargar la maquinaria en camiones desde San Esteban, y llegar a Parque O’Higgins para bajar las máquinas con una rampla”, dijo Catán. “Llegaron incluso tractores de la zona de Lampa, andando por la carretera hacia Parque O’Higgins, una cosa insólita, muchos pequeños agricultores que quisieron poner su grano de arena”, agregó.
El productor chileno relató que los agricultores con los tractores y máquinas se reunieron con las autoridades, entre ellas el ministro de Agricultura chileno, Antonio Walker, para iniciar la campaña. El trabajo seguirá con operativos este mes en comunas del gran Santiago que no estén bajo cuarentena. Algo así como nuestro conurbano.
“Cada tractorero tenía su ruta definida, con la férrea colaboración de bomberos para el llenado de las máquinas”, apuntó el fruticultor del Valle del Aconcagua. “Una de las cosas que me sorprendió fue la recepción de la gente, sobre en todo en barrios como Villa Francia, 5 de abril o la zona de Blanco Encalada, donde la personas salían a aplaudir, valorando la iniciativa. Estamos muy, muy contentos de cómo resultó, esto debe seguir y si falta algo estamos dispuestos a seguir colaborando”.
“Jamás pensé llegar con maquinaria agrícola, con tractores y pulverizadores a plena Alameda, pero era necesaria”, comentó Catán. “A nuestros operarios esto les llenó el corazón, les llenó de emoción ayudar a la ciudad desde el campo, no solo con alimentos, sino con esta acción”.
¿Y por casa cómo andamos? ¿Por qué no ofrecer este mismo tipo de ayuda para Buenos Aires y sus alrededores?