Bueno, finalmente alguien se lo pudo decir en la cara, frente a frente, clarito, con puntos y comas: muchos productores entregan su producción sin saber cuánto van a cobrar por ella, o en qué plazos y condiciones, porque la Argentina agropecuaria se caracteriza por no tener mercados confiables para muchos de sus actividades rurales, la inmensa mayoría. Le sucede a los productores de leche, a los de frutas, a los de uva para vinificar, las hortalizas, a los de algunas carnes, etcétera.
Quien le dijo clarito al presidente que este era uno de los problemas centrales que padecían quienes producen fue Eduardo García Maritano, uin dirigente de CRA de Santa Fe que desde hace años viene batallando para que los tamberos puedan contra con un mercado “institucionalizado”, en el que firmen contratos de suministro con las usinas lácteas y tengan certeza de cuánto van a cobrar, para así planificar los costos dentro de su establecimiento. Sí, en la Argentina del Siglo XXI, eso no pasa.
Sucedió durante estas visitas sorpresivas que Macri suele hacer a diversos puntos del interior productivo, y que luego son explotadas por el aparato de propaganda oficial en las redes sociales, con ahínco para mostrar al presidente cerca y preocupado por los sectores productivos.
Esta vez, recién ahora que empiezan a mejorar los números de la actividad lechera luego de una crisis que pareció eterna y dejó un tendal de tamberos fundidos, Macri viajó a Venado Tuerto y visitó un moderno establecimiento estabulado. Aprovechó para hablar con un grupo de productores santafesinos, que por supuesto lo recibieron con mucho respeto y entusiasmo. Con muchas ganas de contar su padecimiento cotidiano.
Ver Eduardo García Maritano: «La leche cambia de manos, pero no existe un mercado»
“La leche no tiene ni un estandar definido ni tiene precio de referencia”, le dijo García Maritano a Macri, al hablar de uno de los principales problemas de la actividad: en la inmensa mayoría de los casos los productores entregan día a día su producto sin saber cuánto van a cobrar por el, ni en que plazos, pues el sector carece de mercados institucionalizados como sí existen para los principales granos (las bolsas de cereales o los mercados a término) y para la hacienda vacuna (el mercado de Liniers).
Con la leche y con muchos productos de economías regionales, en cambio, esto no sucede y son las industrias, los empaques o las exportadoras quienes imponen un precio al productor, sin darle casi ninguna chance de negociación.
Para poder transmitir este breve pero contudente mensaje al presidente, el dirigente de CRA prácticamente se coló en la reunión con Macri advertido de la visita oficial por una política local de Cambiemos. Logró hacerlo y decir lo que pensaba. A partir de ahora, será el propio presidente el que decida si le presta atención a una problemática recurrente de muchos productores agropecuarios o si, por el contrario, define que su gobierno seguirá ignorando el asunto, que es lo que ha sucedido hasta ahora.
En rigor, luego de este episodio, en CRA se quejaban porque la Mesa de Lechería, donde se planteó este asunto en múltiples ocasiones, nunca se trasladó esta queja a oídos del presidente. Los dardos apuntaron contra el director nacional de Lechería, Alejandro Sammartino, a quien esta entidad agropecuaria le pidió varias veces la renuncia. Por eso cuando se produjo este planteo ante la mirada atenta de Macri, el jefe de gabinete de Agroindustria, Santiago del Solar, no sabía muy bien cómo reaccionar.
García Maritano habló de lechería. Pero según los estudios de CRA solo tres de las 31 cadenas productivas analizadas en la Argentina cuentan con mercados donde se produzca una verdadera puja entre oferta y demanda, para definir precios razonables. En todos los demás casos, suele suceder que el que pierde es el productor frente a otros eslabones de la cadena mucho más concentrados.
La gacetilla oficial de Presidencia, más tarde, no dio cuenta de este episodio. Más bien intentó mostrar a un Macri confiado de las posibilidades productivas que tiene el país si se mantiene el rumbo elegido en las próximas elecciones. “La posibilidad de crecimiento es infinita y el campo es un ejemplo”, declaró el mandatario.
Pasa con la madera, la fruta, la verdura, el maíz pisingallo, el girasol confiteo, la arveja, el garbanzo, poroto, en fin… todo lo que no sea commoditie. Y con el agravante de la inflación.
No es de ahora, pero es una tema que urge corregir.
Tambien las indemnizacioes, y los riesgo de juicio laboral por cualquier causa, y la justicia de balanza inclinada “Que pague el rico” de los jueces.
Otra: La propiedad pprivada en riego por usurpaciones y abigeato.
Básico: Los precios de los fletes, los sindicatos de transportistas.
Antes de lanzar planes para producciones que se corrijan las distorciones que hacen quebrar a los que ya están en actividad.
De todos modos: Gracias por acercarse Sr Presidente, así podemos expresar nuestros problemas.