La carne de pollo pisa fuerte en el mercado interno y, según sus productores, ya se queda con la mayor parte del plato de los argentinos.
Según las estadísticas del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), en el arranque del año registran un crecimiento de 3% en la producción, lo que les permitió abastecer al mercado con una cantidad suficiente para lograr un promedio de consumo per cápita de 49 kilos anuales.
En CEPA toman en consideración no sólo lo relevado por Senasa, que es la faena con tránsito federal, sino también las empresas locales y provinciales, y por eso su promedio es levemente superior al oficial. En rigor, según los datos que publicó la Secretaría de Agricultura, la faena y la producción de carne vacuna bajaron en torno al 3% en enero pasado y eso derivó en un consumo de 46,6 kilos anuales por habitante.
Pero según los productores avícolas de CEPA, en este primer bimestre el abastecimiento interno de carne de pollo y su consumo habría sido hasta 5% mayor al de la carne vacuna.
Esto se vincula, en paralelo, con las posibilidades de acceso de cada especie a los mercados internacionales.
La carne vacuna tiene vía libre desde la asunción del nuevo gobierno para exportar, pero el sector avícola arrastra problemas derivados de los casos de influenza aviar registrados en 2023 y por eso aun no logra recuperar mercados como China y Chile.
Para mediados de abril se espera la visita del servicio sanitario chileno, y en mayo del chino. Hay expectativas para con esas visitas en torno al trabajo del Senasa y de los frigoríficos, ya que se trata de los mayores mercados para las empresas locales. Entre ambos destinos, significaban un 40% de las exportaciones, que fueron parcialmente reemplazadas por otros destinos de Medio Oriente.
El sector fue declarado como libre de influenza aviar por la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA), y esto le permite al país aplicar criterios de regionalización de esa lucha sanitaria, pero lo que buscan estos dos países es que se les den garantías respecto de las medidas que se están tomando para que no reaparezca la enfermedad.
En este contexto, lo que se espera es que, si toda sale bien, en junio estén esos mercados abiertos y recuperar volumen de exportaciones. Eso aflojaría un poco la oferta de pollo destinada al mercado interno.
La intención es llegar a 260.000 mil toneladas de embarques este año, unas 80.000 más que en 2023, pero todavía lejos del plan sectorial que era lograr vender al extranjero 300.000 toneladas de carne de pollo al año.