El desarrollo profesional de Joaquín Drewanz siempre estuvo cruzado por su interés por emprender. Oriundo de la ciudad de Concordia, Entre Ríos, a sus 18 años migró a la cuidad para estudiar Economía Empresarial, carrera que luego lo llevó a especializarse en el exterior. Tras finalizar un máster de administración en Estados Unidos, regresó al país con el interés puesto en startups de soluciones digitales.
Su primer proyecto fue uno vinculado al carpooling o viajes de autos compartidos, que la pandemia se ocupó de frenar. Su regreso a su ciudad natal, alejado ya de las grandes urbes, lo llevó a cambiar de foco y a pensar en herramientas vinculadas al sector agropecuario.
“Yo me daba cuenta de que las startups exitosas resolvían problemas de las grandes ciudades. En Concordia vi problemas importantes relacionados con el agro, que podían tener soluciones desde lo digital pero que quienes se enfrentaban a ellos no tenían las capacidades para desarrollarlas. En cambio, quienes sí las tenían estaban en las ciudades y no conocían esta realidad. Pensé que allí había una oportunidad de mezclar dos mundos y me enfoqué en las Agtech”, dijo a Bichos de Campo Joaquín Drewanz, CEO de KUNA.
Siendo su papá ingeniero agrónomo y asesor con más de 40 años de experiencia en el sector arrocero, el área a desenvolverse era más que clara y germinó en el emprendedor la idea de Kuna.
“Crecí cerca del cultivo de arroz. Las vacaciones familiares estaban asociadas al ciclo productivo de ese cultivo. Empecé a ver, por ejemplo, que había problemas relacionados con el riego y que había posibilidad de meter cabeza en eso. Fue allí que llamé a Matías Minian, el experto en tecnología que trabajó conmigo en el proyecto anterior”, contó el entrerriano.
En efecto, el primer obstáculo sobre el que decidieron trabajar fue con el riego en las arroceras.
“Un gran problema es la falta de agua en las arroceras. Hoy eso se controla a partir del rol del aguador, una persona que se dedica a caminar el cultivo y observar la humedad. Se distribuyen cada 80 a 100 hectáreas. El arroz se cultiva en zonas de mucho calor por lo que esta persona camina una zona inundada y su tarea se dificulta”, explicó Drewanz.
“Hay una asimetría en torno a la información muy importante entre el aguador que está en el lote y el agrónomo, el dueño del campo y el capataz. El aguador puede que no recorra todo el lote, puede haber lugares que se le escapan, y el agua es una variable clave en el rendimiento. Por otro lado, al ser él el responsable de que no haya problemas de riego, cuando los encuentra no necesariamente los avisa enseguida”, agregó a continuación.
Así, la primera herramienta que incorporó la plataforma Kuna fueron imágenes satelitales, provenientes de un servicio europeo, para monitorear los lotes de arroz e identificar el estado hídrico del cultivo. También se sumó la asesoría de la agrónoma Maite Azcué, con experiencia previa en soluciones digitales para el agro.
Kuna ofrece un tablero de control que muestra las hectáreas totales del lote, el porcentaje de variedades de arroz presente en las hectáreas y el estado del clima, entre otros puntos. Luego muestra una serie de tarjetas por cada lote, que muestran tres colores en función de los indicadores satelitales. En el caso del riego, si el lote tiene buena proporción de agua se muestra en azul, sino en amarillo o rojo.
“Con esa información la charla con el aguador cambia de forma significativa. El ingeniero o el dueño del campo llaman y dan cuenta de que en determinada porción del lote falta riego. Ese cambio en la charla ya mejora de forma positiva porque el aguador está más consciente controlando lo que está pasando”, aseguró el desarrollador.
“Después de ese primer caso de riego empezamos a pensar en más cosas. La clorofila fue otro indicador que sumamos para entender si los insumos fueron bien aplicados o no, de manera homogénea, etc. y determinar así qué zonas se deben priorizar en la recorrida del ingeniero. Además tenemos modelos en las que armamos curvas objetivas de clorofila. También sumamos a kuna el porcentaje de humedad en la planta para priorizar por donde cosechar”, agregó a continuación Drewanz.
-¿Qué considerás que distingue a Kuna de otras startups?– le preguntamos.
-Lo que nosotros hacemos de diferente a otros sistemas es que estamos enfocados a un solo cultivo, entonces construimos los índices para este cultivo. Corregimos índices de riego en base al crecimiento del arroz y esa es la principal diferenciación. Al tener este foco bien de nicho, tratamos de crear algo que agregue valor bien específico para los arroceros.
Aquellos interesados en sumar este servicio pueden solicitar el alta en la plataforma, que supondrá el pago de una tarifa fija por hectárea, durante la duración de la campaña.
El año pasado se realizó la primera prueba y fue adoptada por productores arroceros de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, y por una empresa arrocera industrial de Colombia. Los desarrolladores ya se encuentran analizando expandirse hacia Paraguay, Uruguay y Brasil, y sumar más productores en esta nueva campaña.
Su último lanzamiento fue la opción móvil, que permite acceder al panel de control de Kuna desde el celular, y ofrece una opción de sincronización para aquellos casos en que no haya conectividad.