La sequía vuelve a pegar en las actividades productivas y las lluvias de la primavera por ahora no alcanzan en muchas zonas para compensar el agua que faltaba para una buena siembra. También llegaron tarde para revertir el daño en el trigo.
En muchos casos, los márgenes proyectados por otra parte dan muy justos o negativos. Por eso la ayuda del clima será clave ya que por ahora poco se puede esperar de una reducción de las retenciones o de cambios contundentes en los precios.
En este escenario, el productor debe optar por la siembra de maíz o soja. Hacia el norte del país la oleaginosa se impone porque además el maíz dejó de ser una alternativa viable, y no se puede volver a perder tanto dinero como el año pasado en manos de la chicharrita. Pero desde el centro hacia el sur el panorama difiere.
La falta de maíz viene impactando en el precio de la exportación y, según el analista Enrique Erize, es el cultivo que tiene un mejor escenario de precios. Por eso no duda en recomendar su siembra a todo el que pueda encarar la producción del cereal.
La caída en la cosecha 2023/24 hizo que “todo el año el mercado de maíz todo el año estuviera por encima de cualquier paridad de exportación tradicional. Generalmente el FOB argentino está en 20, 30 dólares y hemos estado en un máximo de 45 o 50 dólares arriba de Chicago”, incidó.
Por otro lado, “se achicó el excedente exportable por la chicharrita y eso justifica que el mercado de maíz haya estado todo el año entonado con premios sobre cualquier paridad histórica. Y la nueva viene parecido, porque el avión de siembra en Argentina va a caer fuertemente”, dijo el analista.
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Erize indicó que la situación en zonas agrícolas como Córdoba, donde se produce la mitad del maíz de la Argentina, pero también en gran parte de la zona núcleo Buenos Aires y Santa Fe, “es un drama” esta definición previa a la siembra.
“La gente no sabe qué hacer, si esperar, jugarse a sembrar un maíz más tardío, o pasarse directamente a soja. Eso es lo que estamos viendo hoy, un panorama de área de siembra de maíz seguramente menor que la del año pasado y con un consumo interno que está creciendo”.
Ese auge de la demanda interna lo explicó así: “Hoy hay más feedlot que nunca, en lugares donde nunca hubo, ahora hay pueblos chicos en el interior de la provincia de Buenos Aires. En el sudeste de la provincia, me dijeron otro día, hay 7 feedlot cuando nunca hubo uno. Y en Córdoba, que es la provincia que más produce maíz en la Argentina, cada vez hay más feedlots porque transformar el maíz en carne es más negocio que mandarlo a exportación a Rosario o Bahía Blanca, porque los fletes inciden mucho”.
Entonces la gran pregunta sigue haciendo qué sembrar: maíz o soja. Al respecto, el especialista respondió con contundencia: “Yo le tengo mucha fe en materia de precios al maíz. Si vos me decís que sembraría, si maíz o soja, haría todo lo posible por sembrar el maíz”.
Erize explicó que: “hay dos cosas están jugando también. En Estados Unidos sembró menos maíz, aunque la cosecha es récord. En Brasil está atrasada la siembra por falta de lluvias, como acá, y entonces es muy probable que la safrinha de maíz se siembre tarde o no se termine sembrando, como pasó este año por lo que se va a cosechar la soja más tarde que lo habitual”.
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“La Argentina va a tener menos maíz disponible que este año, con lo cual el panorama del cereal me parece mucho más atractivo en materia de precios que en el caso de la soja. Para aquel que pueda hacerlo, me parece que el escenario es más atractivo que el de soja”, indicó el analista de la firma Novitas.
Respecto de los valores a futuro del cereal, el consultor dijo que los números dan muy ajustados con rindes buenos, e indicó que no hay que esperar cambios en los derechos de exportación que mejoren los ingresos de los productores. Resaltó que “el gobierno no va a devaluar porque sería suicida”.
Con relación a la situación de los compradores, destaco que “la demanda China está intacta. Se habla mucho de las reservas estratégicas de China en materia de soja, pero referentes de importantes empresas me dieron en un reciente viaje que hice a China que son cero. La demanda de soja se va a sostener, la demanda de proteína de China es un hecho y también aparece India que va a ser la China del futuro para la Argentina”.
También de India se espera un incremento del consumo de carne de cerdo, de carne de pollo, pero menos de carne vacuna por cuestiones religiosas. “Mi esperanza es que India crezca en importaciones de maíz, también de trigo, además de aceite, de lo que es el gran importador mundial. India va a ser la China de hace 20 años. Así que para Argentina hay un panorama interesante, y el gobierno también lo sabe así. Sabe que el sector agropecuario es fundamental, pero por ahora la política cambiaría, no nos puede dar una mano y eso es una lástima”.
Hecho ese repaso de la situación internacional el analista de mercados resaltó que en Argentina el área de soja va a aumentar a pesar de que los números son ajustados, porque el maíz perderá terreno luego del cisne negro que significó la chicharrita el año pasado. Cultivar la soja además es más barato, y eso también reduce el riesgo de pérdidas.
“Ese riesgo también hay que tenerlo en cuenta, y hay ponerse las manos de la gente que tiene que enterrar bajo tierra cientos de miles de dólares. Por lo cual hacer soja es menos riesgoso que hacer maíz en esa materia”, evaluó.
De inmediato aclaró que “el mercado de soja es más complicado que el de maíz, el escenario de precios de soja aparece la cosecha récord de Estados Unidos y la de Brasil -que va a ser buena aunque no super récord- y acá el panorama climático para la soja es mejor que para el maíz. Entonces la gente se va a pasar a soja, y eso a la soja le plantea un panorama complicado”.
“Por eso, si yo fuera a votar en Argentina entre soja y maíz, me quedo con el maíz, trataría de hacer lo imposible por sembrarlo. Obviamente que cada uno conoce su zona, su barrio, su campo, qué probabilidades hay de hacer maíz y los riesgos. Pero si pudiera hacer maíz lo haría aunque sea más tarde de lo normal”, finalizó.
Creo que el girasol puede ser mejor alternativas que la soya