Cuando en 2012 el hermano de Paola Cambell, que gestionaba una empresa de transportes de alimentos, se quedó casi sin clientes tras los problemas para exportar generados por las intervenciones instrumentadas por el gobierno kirchnerista, ella se dio cuenta de que no existía una red donde él pudiera ofrecer sus servicios.
Su trabajo en gestión hospitalaria le dio la idea que sería la semilla de todo el proyecto: si existen hospitales georeferenciados, ¿por qué no se puede lograr lo mismo con productores y empresas agroalimentarias? Así surgió E-LEVENC, una plataforma para conectar eslabones de toda esa cadena desde distintas partes del país.
“Por cualquier contingencia un productor puede quedar aislado con su producción y no saber a quién ni cómo venderla. Eso se puede solucionar si cada uno tiene una geolocalización, la gente sabe dónde está y el transportista tiene las características de la carga. La nube se vuelve entonces un servicio de ‘taxis’”, contó a Bichos de Campo Paola Cambell, socia fundadora de E-LEVENC.
Viniendo de una familia de productores salteños, para Cambell este proyecto, que ya cuenta con ocho integrantes, significó la posibilidad de darle contención y una identidad a todos los chacareros que deben mostrar su producto y venderlo, pero no saben cómo lograrlo.
La plataforma permite además que los usuarios adjunten información de su negocio, sus condiciones comerciales y las características de todos los productos ofrecidos. Y no está dirigida únicamente a quienes trabajan la tierra, sino también a quienes industrializan materia prima, permitiéndoles saber qué productores tienen a la redonda.
“Hoy las redes sociales son el todo y el nada. ¿Qué empresario tiene tiempo de encontrar por cercanía a un productor que necesita? Eso se puede simplificar geolocalizando, mostrando al productor y luego el interesado que necesite información filtrará por la producción disponible en el área en cuestón”, explicó la fundadora.
A eso se le agrega la posibilidad de referenciar los productos industrializados, como un paquete de fideos o de harina, y saber en qué comercios se pueden adquirir.
¿Y qué ocurre con la producción que no se pueda colocar en ningún lado? Allí entran los comedores, el tercer eslabón a quien está dirigida esta iniciativa. Para evitar que se desperdicien alimentos, un productor puede elegir un comedor en las cercanías y enviarle su excedente.
De esta forma E-LEVEC se transformó en una auténtica vidriera que a nivel nacional busca achicar la brecha tecnológica para quieren no tienen acceso a las nuevas vías de comercialización. Al momento ya se sumaron 90 empresas y hay más de 600 productos registrados.
La membrecía puede tramitarse directamente en el sitio y tiene un costo que solo funciona a modo de bono de contribución. Los creadores incentivan a quienes se sumen a que referencien a otros productores locales para ayudar a ampliar la red.
“Poco a poco hay que empezar a desmitificar todo lo que pesa sobre el empresario, que representa trabajo, inversión y una persona humana. La plataforma no se reduce a un e-commerce , sino que muestra que hay detrás del producto: alguien con sueños y objetivos”, aseguró Cambell.