“Desde hace aproximadamente diez años, la Patagonia, sus habitantes y sobre todo los productores, vienen sufriendo un sinnúmero de atentados, cortes de ruta, usurpaciones, incendios y delitos contra la propiedad, perpetrados bajo el supuesto amparo de una reivindicación Mapuche. En el presente, los hechos vandálicos se han multiplicado y agravado, por su violencia e irracionalidad, poniendo en peligro, la paz social, la vida y el trabajo de la población honesta y laboriosa de la Patagonia”.
Con estas frases, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) emitió este jueves un comunicado en el que pide a los diferentes niveles del Estado que actúen frente a este escenario de creciente tensión social en las provincias sureñas, donde se harían incrementado en estos meses electorales los sucesos de tomas de tierras.
Para CRA, que es la organización agropecuaria de mayor representatividad territorial, es clara a esta altura la complicidad del gobierno nacional con las comunidades mapuches involucradas en estos conflictos.
“El Gobierno nacional, ausente de su rol institucional, ha prestado, por acción u omisión, apoyo logístico, económico e ideológico, estableciendo en algunos casos mesas de diálogo que solo logran estirar hasta el infinito las usurpaciones, consolidando la ejecución de hecho de intrusiones en los campos, dilatando su resolución y eludiendo la definición categórica, de donde está el derecho y que limites son infranqueables frente a la propiedad privada”, determinó el comunicado de los ruralistas.
En otro tramo del escrito, CRA recordó que “primero ha sido la Justicia (salvo pocas excepciones) la que no ha dado respuestas adecuadas, rápidas y certeras, permitiendo con su pasividad que los casos puestos a su arbitrio, resulten morosamente tratados, sin respuestas agiles y prolongando, cuando no aumentando, la conflictividad”.
“Tampoco la política ha puesto su atención sobre el tema y solo se observan tímidas manifestaciones de algunos políticos, que dudan entre el estricto cumplimiento de la ley con las especulaciones electorales”, se quejaron los productores.
la organización -que agrupa a unas 300 sociedades rurales de base en todo el país- consideró que uno de los orígenes de esta alta conflictividad hay que buscarla en la ley 26.160, que en 2006 declaró “la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias”.
Según esta mirada, esa ley “ha contribuido a crear una atmósfera de consolidación de usurpaciones, al disponer la suspensión de los desalojos, durante su vigencia. Esto en la práctica significa que a nuevas usurpaciones se las protege, con la prohibición de desalojos que la aludida norma dispone”, se explicó.
“La Ley 26.160 estableció la realización de los censos provinciales respectivos, para determinar aquellas tierras ocupadas en forma, tradicional, actual y pública. Sin embargo, la demora en la ejecución de los censos, hace que reiterativamente se prolongue su vigencia, sin incorporarle las modificaciones que la propia experiencia indica como necesarias”, amplió CRA en su comunicado.
Según los ruralistas, “la Patagonia y el país en su conjunto reclama del Gobierno Nacional una posición clara, fundada en derecho y en respeto a las normas constitucionales, sobre los auténticos reclamos de las comunidades originarias y rechazando en forma inclaudicable, la violencia, el delito, la fuerza bruta, el daño, los incendios, el amedrentamiento, como forma de reclamo de quienes se sienten con derechos”.
“Los organismos del Estado Nacional deben ser los custodios de la paz social y no los artífices o acompañantes por omisión de hechos vandálicos. Reclamamos al Gobierno, que no abandone a sus ciudadanos patagónicos y ponga orden, justicia y paz, permitiendo recuperar la vida normal de toda la región”, cerró el escrito.