Esto es una muestra más del crecimiento que viene teniendo el mercado mundial de carne vacuna y el marcado interés que existe por un producto de alta calidad como el que puede ofrecer la Argentina.
En cuanto al mercado mejicano, analistas y referentes de la industria frigorífica dijeron que las posibilidades de colocar carne allí no sería importante, ya que está “copado” por los frigoríficos estadounidenses. De todos modos, sería un hito histórico para la industria argentina poder hacer pie en el único mercado del Nafta (acuerdo de libre comercio de América del Norte), que siempre rechazó importar carne con el argumento de la fiebre aftosa. Canadá y Estados Unidos, en cambio finalmente cedieron.
Con respecto a Malasia la expectativa es otra. La carne que se debería exportar a ese destino tendría que ser producida bajo el régimen Halal, debido a que su población es una comunidad mayormente musulmana. Por ahora no hay empresas habilitadas para vender a ese destino, pero se anotan varias con interés en obtener la habilitación.
Malasia es un mercado de entre 250 y 300 mil toneladas anuales de carne y es abastecido principalmente por India, Australia y Brasil. Los especialistas dijeron que pagan bajos precios. Eso sería un elemento que conspiraría con la posibilidad de que las empresas argentinas puedan abastecerlo, ya que hoy China sigue siendo la gran aspiradora mundial de ese tipo de carne.
Pero desde la industria frigorífica evaluaron que contar con esa posibilidad permitiría comenzar a dejar de depender tanto de China, ya que también llevarían en primer término carne de vaca tipo manufactura y conserva. Además indicaron que es se trata de la puerta del acceso al sudeste asiático y que creen que es un mercado que puede madurar y con el tiempo comprar carne de mayor calidad.
Los consultores e industriales se mostraron optimistas con respecto a esta visita veterinaria, porque la apertura de Malasia significa una nueva alternativa comercial y porque nunca se deja de tener en la mira la posibilidad de que se eliminen las restricciones a las exportaciones que impuso el gobierno en 2021.
Queda claro que el mercado va por un camino, el del incremento del comercio mundial, y que la carne vacuna tiene cada vez más aceptación. Pero desde la Argentina el mensaje va a contrapelo de esa tendencia. El cepo impide aprovechar los buenos valores internacionales a pleno, lo que permitiría más inversión en la cadena. Y fomentaría a un crecimiento de la producción.
Mientras tanto, el cepo a la exportación no ha dado resultado alguno, ya que la carne vacuna de la mano de un consumidor que tiene menos poder de compra pero ningún interés en restringir su consumo convalidó una suba de 68% en el precio del producto en el último año, cuando la inflación promedio fue de 61%.