La sequía y el clima irregular es algo que está a la vista. Es un contexto que se entiende un poco más al pisar un campo o al entrar a un tambo. Producción contraída, estrategias de manejo desbordadas, deudas que se acumulan y precios que corren detrás de la inflación es lo que caracteriza a este momento productivo.
En un trabajo conjunto realizado por el Consejo Federal Lechero, las provincias que lo componen realizaron una evaluación de la situación actual, junto a la Nación.
Destacándose la baja productiva de leche sólo del 0,4% en el primer semestre del año, se aguarda una recuperación en primavera de hasta 20 puntos para el balance anual. Esto exige una tarea especial para evitar un mayor impacto en el mercado interno, teniendo en cuenta las complejidades de las exportaciones que muestran una caída del 13,1% en el mismo período, tanto en volumen como en valores.
A esto se agrega la amenaza contundente del cierre de ventas a Brasil, que es el principal destino de los negocios lácteos argentinos y que no se resuelve con los intentos de llegar a nuevos destinos. Argentina vendió en el primer semestre 31 mil toneladas de leche en polvo, a un valor de 3.900 dólares la tonelada, por detrás de los registros desde Uruguay.
Nuestro país duplicó en este último semestre las ventas en comparación interanual, donde también se orientan ventas de mozzarella, suero, y leche en polvo descremada. Es remarcable que ya en los últimos dos meses hay una contracción en las ventas que en los próximos días podría tener un corte abrupto.
Sobre el tema no se tienen más que trascendidos. Sin embargo, entienden las industrias que será inminente el cierre de la frontera para continuar con el intercambio, sobre todo por la presión del sector lechero brasileño, al respecto.
Atado a esto sigue estando la indefinición sobre la declaración del sector como economía regional, por sus particularidades en cada provincia, afectando los derechos de exportación vigentes el deterioro en la capacidad de pago, con precios al tambo que están por detrás de la inflación. Al mismo tiempo, siguen las demoras en la importación de insumos y servicios por las dificultades en la gestión de los sistemas SIRASE y SIRA.
Existe en este marco una fluctuación en el eslabón primario con cierre de unidades productivas pequeñas, algunas aperturas de grandes y formalización de tambos intermedios en la búsqueda de opciones de financiamiento, aunque aún no estén orientadas al sector.
Paralelamente se observa un endeudamiento preocupante para el sector industrial, que de alguna manera está empujando a la extranjerización de las empresas, al igual que en los tambos, muy afectados por la aplicación de los dólares Soja y Agro, que incluyó al maíz.
Existe en relación a esto una creciente informalidad no sólo en el pago de la materia prima, sino también en la venta de producto por parte de las empresas que quedan al margen del sistema de información legal que tiene a su cargo AFIP.
El mercado interno sigue siendo muy económico, aunque registra una leve alza respecto de los últimos registros, mientras se continúa por debajo del promedio de las dos décadas recientes.
Lo que surge de CFL es la propuesta de generar un dólar diferencial para la exportación de lácteos, la igualación de retenciones entre leche en polvo (actualmente nueve puntos), con quesos y otros productos en el 4,5%, para mejorar la competitividad nacional frente al mundo.
Se sigue recomendando la licitación anticipada para la leche social a los meses de primavera. Destacan la necesidad de crédito para capital de trabajo en tambos, de tecnología también para empresas, utilizando estrategias de industrias como agentes de retención, factoring, leasing, e incluso el pre financiamiento de exportaciones.
Este documento se elevó desde los responsables del área a las autoridades ministeriales correspondientes y fue sólo en el caso de Córdoba que se tuvo una devolución en la que existe un compromiso para intentar encontrar alternativas ante los planteos internos, pero también de la coyuntura internacional.
Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, La Pampa y Entre Ríos, incluso el Secretario de Agricultura de la Nación entregan silencio por parte de sus gobiernos y absoluto desinterés por un sector fundamental para el sustento socioeconómico en 21 de las 23 provincias argentinas.
Lo del “peaje” sobre la hidrovia tiene sentido si se respetan los acuerdos de mantenimiento, hay bajos niveles y no es barato el dragado.