Los medios de comunicación esperan con ansiedad el número de inflación correspondiente al mes anterior y el INDEC dio a conocer que el mes de agosto tuvo una variación del 12,4% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La población común no anda detrás de este número, porque ya sabe que día a día hay que poner unos pesos más para llevar la misma comida a la mesa.
Uno de los alimentos prioritarios de la canasta básica es el sachet de leche, que además de aumentar constantemente su precio en la góndola, también muestra una extraña diferencia de precio que llega a casi 20% entre lo pagado en el GBA (Capital y conurbano) y las diferentes regiones del interior del país.
Según datos publicados en un informe de OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea), en el caso de la leche existe una “dispersión de precios entre el canal comercial y la región” que llama la atención. Cuesta creer que la única explicación sea el alto costo de los fletes desde las principales cuencas productoras, que se ubican principalmente en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Con el 12,4% de inflación general de agosto se completó una variación interanual de 124% para la canasta básica familiar. Dentro de ese universo, “los precios de los productos lácteos tuvieron una variación interanual promedio del 129%”, define el informe de la OCLA. La gente, los consumidores, sufren de esta situación sin excepciones.
“Los precios de los lácteos subieron interanualmente algo por encima de la inflación general, menos que los alimentos, y estuvieron por encima de la leche cruda que tuvo un aumento interanual del 110% (precio SIGLeA por litro)”, añade el trabajo, marcando que esta fuerte escalada no benefició al productor de leche, que quedó unos puntos por detrás.
Otro informe del OCLA confirmó que la leche al productor comenzó a retrasarse peligrosamente, poniendo en jaque a los tambos. La materia prima subió solo 4,1% en agosto, la tercera parte de la inflación. Lo más peligroso es que por efecto de la devaluación post PASO, en dólares el precio de la leche cruda retrocedió 12,7%, cuando la mayoría de los costos de los tambos están dolarizados. Y al dólar libre.
En la otra punta, también sufre el consumidor. Tanto en el conurbano bonaerense como en ciudad de Buenos Aires los lácteos registraron un aumento del 8,3% durante el pasado mes de agosto.
En este zona del país, siempre según el OCLA, se consigue un sachet de leche entera al precio de 357, 21 pesos. Llama la atención la gran dispersión de precios a nivel nacional, pues en otros territorios, como la región pampeana y el Cuyo, el mismo producto se paga promedio a 397 y 411,59 pesos.
Pero es escandalosa la diferencia de precios del sachet de leche para los consumidores del GBA y los de las provincias del Noreste, que son además de las más pobres del país. Allí el promedio de precios fue de 427,90 pesos. Esto quiere decir que un habitante de Corrientes o de Formosa paga el sachet de leche unos 70 pesos más caro que un porteño. Es casi el 20%.
A nivel nacional, en la suma de todas las regiones, el precio promedio de la leche fresa en sachet es exactamente de 399,54 pesos. Es decir que la leche, aumento clave para las familias, quedó a las puertas de los 400 pesos.