En la Argentina, el 85% de la población no consume más de dos productos lácteos al día, y únicamente el 25% conoce que esa es la ingesta recomendada por las Guías Alimentarias del Ministerio de Salud de la Nación.
El dato surgió de una encuesta realizada por la empresa láctea Mastellone (fabricante de La Serenísima) y al consultora especializada Kantar, que se presentó este 1° de junio en coincidencia con el día mundial de la leche, instituido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para difundir los beneficios del consumo de leche y sus derivados.
En la investigación se destaca que en Argentina, a pesar de la producción excedentaria de ese alimento, no se cumple con los objetivos propuestos tanto a nivel internacional como en las proporciones recomendadas por las autoridades de salud. “El consumo de lácteos es importante en todas las etapas de la vida ya que aporta calcio y vitamina D para la salud ósea, brinda proteínas de buena calidad para la recuperación muscular y proporciona vitamina A, la cual es sustancial para la piel y visión. Algo tan simple como un vaso de leche, cubre el 20% de la recomendación diaria de calcio”, remarcó Mastellone.
Stefenía Sívori, nutricionista (matricula nacional 6343 y provincial 1958) y responsable del Departamento de Información Nutricional de la empresa láctea, asegura que “El consumo diario de la leche aporta muchos nutrientes, además de agua y minerales. Es rica en proteínas y azúcares, importantes para el organismo. Se considera uno de los alimentos naturales más completos e insustituibles por su gran valor nutritivo”.
Mastellone agregó que ofrece al público una línea de leches con propiedades funcionales distintivas, entre las que se destaca la Zero Lactosa. Sin embargo, el 75% de los argentinos cree que los intolerantes a la lactosa no pueden consumir lácteos, según otro de los resultados de la encuesta.
Según la FAO, la lactosa es un carbohidrato o azúcar de origen natural presente en la leche y en los productos lácteos. Pero para descomponerlo el cuerpo necesita la encima de la lactasa. Muchas personas no producen suficiente lactasa y tienen problemas de intolerancia. En ese caso, los expertos recomiendan consumir leche con bajo contenido en lactosa, o sin lactosa, o probar con otros productos lácteos como los yogures y el queso que tienen menos cantidad de lactosa que la leche en sí.
Además de las leches sin lactosa, existen bebidas de soja, arroz, avena, que pueden de alguna manera sustituir a la leche.