La seca se cortó. Se terminó La Niña, pero en la mayor parte de la zona productiva las lluvias -muy escasas aún- no permiten el rebrote necesario de pasturas, ni la siembra de verdeos de invierno. El clima expulsó la hacienda de los campos de cría, los terneros se vendieron antes y se envío a faena más vacas de las deseadas. Al mismo tiempo, no hay campo donde recriar la invernada.
Mientras todo eso sucede en tierra firme, en la zona de islas del Delta del Paraná, uno de los grandes refugios de la recría y en engorde de ganadería vacuna en campos naturales, la crecida del río Paraná ya hace de las suyas. Luego de la gran bajante de hace un par de años, llegó ahora la crecida. Entonces los productores también se quedaron allí sin islas disponibles y se ven obligados a sacar la hacienda en barcazas hacia camiones que luego llevan los animales a tierra firme.
La zona de islas dedicadas a engorde se extiende desde Goya (Corrientes) hasta el Tigre (Buenos Aires) y se estima que allí pastan (o pastaban) al menos 1,50 millones de cabezas.
En la mayoría de los casos, la hacienda es trasladada a sistemas de engorde a corral, que ya tienen alrededor de 1,80 millones de cabezas, nada menos que el 3.4% del rodeo vacuno nacional.
De cómo los ahora la crecida se transformó en un problema dio cuenta una publicación del productor ganadero Juan José Loza en Twitter: “Con el otoño en marcha, el río Paraná sigue subiendo y afuera no hay campo, ni maíz, ni rollos, etcétera. Esto se complica cada vez más”.
Con el otoño en marcha, el río paraná sigue subiendo y afuera no hay campo, ni maíz, ni rollos, etc. Esto se complica cada vez mas, pero tranquilos…por lo menos no gobierna la derecha pic.twitter.com/0zKYv5vW5s
— Juan J. Loza (@juanjloza) April 4, 2023
Loza además criticó al gobierno nacional por las políticas hacia al campo, que desde hace años le quita recursos que podrían ser invertidos en el sector para generar más producción. “El gobierno sólo es un socio mayoritario que tiene cada productor. Un socio que no participa del riesgo, que no invierte, que no se esfuerza y que no entiende nada del negocio. Pero sí se lleva entre el 60% y 70% de lo que uno produce”, indicó.
Lo cierto es que para la ganadería, el año pinta complicado. No “llueve” pasto, el invierno en Argentina es normalmente seco y, por lo menos, hasta la primavera habrá poco forraje para alimentar a la hacienda de cría y recría. Eso implica más engorde a corral (caro) y más faena (que tiende a deprimir los precios de la hacienda gorda).
Quienes envían hacienda a los feedlots sacan cuentas y entienden que la foto final daría bien: es positivo el resultado en la compra-venta de terneros y en el kilo producido, pero lo que no saben es a qué valor van a vender cuando se presente el pico de ofrecimientos y haya hacienda “para hacer puré”, como dicen en el rubro.
En definitiva, el engorde a corral es la “rueda de auxilio” que evita la liquidación de ganado en situaciones extremas, como la seca o el exceso de agua, pero no puede garantizar que las cuentas den bien (menos en un año en el cual conseguir maíz será una odisea)
Ocupas de tierras en las islas las quemas y le meten vacas.. que sojeros tan gravbbois. Ley de humedales ya.