La industria aeronáutica brasileña vuelve a ser noticia gracias a su potente desarrollo. Ya lo había sido el año pasado por lanzar el primer avión agrícola del mundo impulsado por etanol y, ahora, porque tendrá su primera aeronave híbrida, que combinará ese combustible con el uso de energía eléctrica.
Se trata de un proyecto que buscará adaptar el helicóptero R44 Robinson para que pueda ser propulsado por bioetanol y motores eléctricos. Así, se reemplaza el uso del combustible tradicional AVGAS, con una mayor eficiencia y menor costo, ya que el país vecino es uno de los principales productores de biocombustibles del mundo.
Como se trata de un helicóptero ligero e ideal para vuelos bajos, el Robinson R44 suele ser usado en Brasil para la pulverización. Ahora, se trabaja en los detalles para que funcione con energía renovable.
Se trata de una iniciativa con impulso público-privado que costará alrededor de 50 millones de reales. Prevista para llevarse a cabo en el Parque Industrial de Tecnología Aeroespacial de Bahía, contará con el apoyo del gobierno y la Fuerza Aérea y de empresas como Helisul Engenharia, Senai Cimatec, Rotor, MagniX, Bndes y Finep.
Para un país que cuenta con la segunda mayor flota de aviación agrícola del mundo, con más de 2700 aeronaves habilitadas -entre aviones y helicópteros-, este es un proyecto que genera expectativa. Particularmente, lo que agrega como novedoso al anterior desarrollo, que había sido el avión Ipanema lanzado por Embraer, es que además de usar alcohol como combustible, el helicóptero contará con motores eléctricos y hará uso de ese híbrido para funcionar.
Además de derivar en un menor impacto ambiental, ya que no se usan compuestos provenientes de la energía fósil ni con contenido de plomo, se gana en rendimiento. Según había informado Embracer el año pasado, con el uso de etanol se incrementa en un 5% la potencia.
Se espera que con este nuevo proyecto, que se desarrollará en Cimatec Aeroespacial, genere alrededor de 32 nuevos puestos de trabajo, tal como informó el medio brasileño Agrolink. Estarán involucrados ingenieros, técnicos, investigadores y estudiantes universitarios.
En paralelo, además del uso de combustibles renovables y de energía eléctrica, esta aeronave también incorporará nueva tecnología en el área de la agricultura de precisión, con el objetivo de ahorrar en el uso de agroquímicos y reducir también el impacto ambiental por esa arista.
Con el antecedente inmediato de Embraer, que matriculó 65 aeronaves impulsadas a etanol en 2024, la expectativa sobre este proyecto es por demás de buena. Hoy en día, la aviación agrícola realiza más de un tercio de las aplicaciones en Brasil y, al igual que en nuestro país, hay una larga tradición de empresas dedicadas a la actividad.
Más allá del uso de fitosanitarios, también ha demostrado ser útil para el combate de incendios y plagas de todo tipo, aspectos que también hacen mella en el agro. Con la apuesta por los biocombustibles y la energía verde, se le suma mayor eficiencia a esas tareas.