Sandra Midolini se jubiló y encontró la mejor manera de vivir esta etapa: aprender viajando. Su historia es un ejemplo de cómo reinventarse en la jubilación, eligiendo la aventura, los viajes y el aprendizaje continuo.
Contrario a la idea tradicional de que jubilarse es sinónimo de descanso, Sandra decidió darle un giro a su vida y apostó por una nueva forma de disfrutar esta etapa, con viajes que combinan trabajo, aprendizaje y la conexión con nuevas culturas.
Originaria de Cipolletti, en Río Negro, pero con su hija instalada en La Plata, Sandra vio en los viajes una forma de aprovechar su tiempo y conocer el mundo. Pero no se trataba de cualquier tipo de viaje: eligió un programa internacional que le permitió trabajar a cambio de alojamiento y comida, participando en proyectos que iban desde huertas y cuidado de animales hasta la construcción y la trabajos en proyectos escolares.
Sandra se unió a Workaway, una plataforma que ofrece a los viajeros la posibilidad de realizar trabajos en diversos proyectos mientras reciben a cambio hospedaje y comida. De esta forma, se puede conocer nuevos lugares, hacer amigos y aprender nuevas habilidades, sin que la edad o los costos sean un obstáculo. Su primer destino fue San Luis, donde participó en un proyecto de permacultura, y actualmente trabaja en Gaynor, cerca de Capilla del Señor, en una huerta biodinámica.
El trabajo en este tipo de proyectos es relajado, con solo un par de horas al día dedicadas a tareas, lo que deja el resto del tiempo para explorar el lugar o disfrutar de la naturaleza. Sandra comenzó su experiencia trasplantando acelga y lechuga, y ahora se encarga del desmalezado. Además, Workaway ofrece diversas opciones a quienes quieren anotarse, como cuidar animales, ayudar en tambos o realizar tareas de jardinería, adaptándose a los intereses y habilidades de cada viajero.
A través de la plataforma, los viajeros pueden elegir su destino, ver las calificaciones de otros participantes y planificar su aventura con facilidad. Sandra señala que, aunque ha hecho grandes amigos en el camino, también ha tenido momentos de introspección, lo que resulta ser una experiencia que muchos disfrutan más de lo que imaginan.
Mirá la charla con Sandra en este video.
A través de estos viajes, Sandra ha encontrado una oportunidad para aprender constantemente y dejar su huella en los lugares que visita. Aunque no está obligada a ofrecer su propia casa para alquiler, como hacen otros anfitriones, su experiencia ha sido sumamente enriquecedora. Ya tiene planeado su próximo viaje a Brasil, y con su “alma libre”, está lista para lo que venga, sin muchas expectativas o planes preestablecidos.
Viajar, aprender y conectar con el mundo son algunas de las mejores maneras de vivir, y Sandra lo demuestra: nunca es tarde para embarcarse en nuevas aventuras y, sobre todo, disfrutar del camino. ¡Quién sabe qué sorpresas depara el próximo destino!