Esta nota se publicó originalmente en febrero de 2019. La reeditamos porque la situación es ahora muy parecida y las cosas que deben hacerse frente a la ola de calor que se vive esta semana en buena parte de la Argentina son las mismas que entonces. Lo cierto es que cada vez resulta más común tener varios días seguidos con sensaciones térmicas superiores a los 40 grados.
Darío Colombatto, docente de la cátedra de Bovinos de Carne en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires (FAUBA), comentó a Bichos de Campo que estos son episodios puntuales, pero cada vez más frecuentes. El experto no cree que las muertes de bovinos por calor tengan que ver con una desidia generalizada por parte de los ganaderos, sino más bien con la falta de medidas preventivas. “Lo que pasa es que la estructura de ganados en Argentina hace que haya muchos animales encerrados en verano”, remarcó.
Escuchá el reportaje completo a Darío Colombatto:
El investigador del Conicet, que además recorre diariamente el interior asesorando establecimientos ganaderos, sobre todo intensivos, dijo que “por desgracia este año murieron también animales a campo abierto y hasta en el mercado concentrador de Liniers”. Por eso recomendó: “Debemos establecer protocolos de manejo de hacienda, al igual que los que tenemos hace unos años en los corrales de engorde, para actuar de modo correcto y prevenir en lo posible”.
Colombatto recordó una ola de calor similar en la segunda quincena de febrero de 2017, otra en 2016, entre Navidad y Año Nuevo, y antes de las mortandades registradas en enero de 2019 se dio otra ola de calor fuerte entre Navidad y Año Nuevo de 2018. “Esta de enero fue más excepcional. Pero lo que pasó en el mercado concentrador de hacienda también sucedió a campo abierto, en donde es más raro encontrar mortandades. Lo habitual es que se den en sistemas intensivos”.
La sombra, indudablemente, es uno de los modos de mitigar los efectos de una ola de calor en animales. Pero Colombatto indicó además que “entre las medidas a adoptar debe figurar el asegurar una fuente de agua fresca y limpia para todos los animales. Puede parecer verdad de Perogrullo, pero no todos lo tienen en cuenta”.
En materia de provisión de agua, Colombatto remarcó que también se deben “limpiar los bebederos de modo frecuente en verano, y asegurar que los mismos se rellenen rápido”.
El asesor ganadero consideró que la variable que más pega ante una ola de calor es la disponibilidad de agua. “Lo que se hace mal es no controlar esas variables. Ponemos bebederos compartidos entre dos feedlots, y eso, más allá de significar un ahorro, limita a la mitad la disponibilidad de agua”, explicó.
Hay que mirar los detalles. “Si hay un animal dominante, al que se le ocurre pararse de costado frente a los demás, ese animal se vuelve dueño del agua, y el resto queda mirando la fiambrera”, puso como ejemplo Colombatto.
Otro consejo del especialista ante estas altísimas temperaturas es “espaciar y racionar el alimento” para los vacunos, “sobre todo en establecimientos de engorde a corral, brindándole mayor cantidad por la tarde”.
Con la provisión de alimento a la tardecita, según el docente de la UBA, “se evita una ingesta de muchas calorías, debido a que para degradar el alimento, se disipa calor. Y con humedad y temperaturas altas, se puede complicar esa disipación, provocando una hipertermia o exceso de calor en el animal. A partir de allí, el colapso cardiorespiratorio está a la vuelta de la esquina”.
Están Nadie los Cumple. Es Ley Poner Árboles. Refugios Regar los Corrales y mucho mas